Los ganaderos acusan a Garzón de atentar contra el sector

M. E.
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El titular del Gobierno pide reducir el consumo de carne por la salud de las personas y del planeta

Los ganaderos acusan a Garzón de atentar contra el sector

La campaña contra el supuesto consumo excesivo de carne en España iniciada este miércoles por el ministro de Consumo ha encontrado una rápida y rotunda respuesta desde las principales organizaciones agrarias de Castilla-La Mancha, que acusan Alberto Garzón de desconocer la realidad del campo español, y de respaldar esa campaña con datos utilizados de un modo incorrecto e interesado. En concreto, Garzón afirmaba a través de mensajes de Twitter que en España se consumen 2 kilos de carne por persona a la semana, que son cuatro veces más de la cantidad máxima recomendada; que el 15,5 % de las emisiones de gases de efecto invernadero procedan de la ganadería; o que para cada kilo de carne de vacuno son necesarios 15.000 litros de agua.

Ante esto, Pedro Barato, presidente nacional de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja), es concluyente: «Lo que ha dicho el ministro es irracional, un sinsentido y señal de que este hombre no tiene ni idea de la realidad del campo español. Ha hecho el ridículo, creando una alarma innecesaria y siendo desacreditado por el presidente del Gobierno».?

Además, Barato insta a Garzón a que diga de dónde ha sacado esos datos, que no se corresponden con la realidad de la producción cárnica en España. «Hemos comido carne toda la vida, y España, con dieta mediterránea que incluye la carne, es el tercer país más longevo del mundo, por lo que no será tan malo comer carne», apostillaba el presidente de Asaja.

Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) se califica como «lamentable» la actitud del ministro de Consumo, tanto por el mensaje en sí como «por las formas y el momento, justo ahora que nos estamos empezando a recuperar de la crisis provocada por la pandemia». Julio Corrochano, secretario de ganadería de esta organización, considera que los mensajes de Garzón suponen «una bomba» contra el sector, «interpretando mal esos datos», aunque confía en que el ciudadano no le haga excesivo caso y no se refleje en una merma en el consumo de la carne en la región ni en el país.