La incógnita de las Navas de Tolosa

Diego Farto
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El arqueólogo Juan Carlos Castillo Armenteros observa la dificultad de encontrar restos materiales del combate por las repoblaciones y el furtivismo

Juan Carlos Castillo Armenteros, antes del comienzo de la conferencia - Foto: Rueda Villaverde

La batalla de las Navas de Tolosa, librada en julio de 1212, fue «la llave que abrió la puerta de Andalucía» a los ejércitos cristianos, observa el arqueólogo y profesor de la Universidad de Jaén, Juan Carlos Castillo Armenteros, que el pasado jueves estuvo en Ciudad Real para pronunciar la conferencia Las Navas de Tolosa 2012. Esta charla sirvió para cerrar el ciclo organizado por la Asociación de Amigos del Museo con el título Arqueología y campos de batalla en la Edad Media.

En una conversación previa con La Tribuna, Castillo observó que a pesar de la importancia de esta contienda, «no hay un rastro arqueológico fácil» en el entorno. Por un lado, por la acción de las administraciones públicas, ya que «parte del campo de batalla está dentro de un parque natural (Despeñaperros), que ha sido repoblado sistemáticamente a lo largo de muchos años». Pero a juicio del profesor de la Universidad de Jaén, es aún peor el efecto de los buscadores furtivos.

Castillo señaló que se está trabajando en la elaboración de un proyecto que permita hacer un análisis de cómo se desarrolló la batalla en sí, lo que no será fácil, porque a su juicio «va a requerir la implicación de muchísima gente, con tecnología puntera». Partiendo de las fuentes escritas apunta incoherencias en «el número de contendientes, la extensión del campo de batalla, pero sobre todo, como metemos a tantísimos guerreros, con todo lo que viene detrás en un espacio tan reducido como lo que nos dicen las fuentes, la Mesa del Rey, incluso el lugar donde estuvo emplazado el campamento almohade. No nos cuadra».