Óscar Patón restaura la imagen de la Virgen del Mayor Dolor

Diego Farto
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La escultura de Rausell y Llorens ha perdido el brillo de su policromía después de varios años recibiendo el sol de forma directa y se le busca una nueva ubicación que evite daños

Imagen de la Virgen del Mayor Dolor - Foto: Pablo Lorente

La imagen de la Virgen del Mayor Dolor, propiedad de la Hermandad de Silencio, está siendo objeto de una restauración que busca restablecer el colorido original de la obra, así como fortalecer partes de las madera que se han ido desgastando, según informó a La Tribuna el historiador del arte y mayordomo de esta cofradía, Alfonso Doblado.

El trabajo para devolver el brillo a esta escultura, que procesiona en Semana Santa en las madrugadas del miércoles (en solitario) y el Jueves Santo (por delante del Cristo de la Buena Muerte), se está realizando en Ciudad Real, en el taller de artista y restaurador ciudadrealeño Óscar Patón.

El mayordomo comentó que el acuerdo para realizar esta restauración se había tomado antes del fallecimiento de la anterior hermana mayor, Pilar Ruiz, en cuya casa ha permanecido la imagen durante décadas.

Alfonso Doblado avanzó que la imagen estará lista para salir a la calle en las marchas penitenciales de este año, que serán el 8 y el 9 de abril. De hecho, está previsto realizar una presentación pública de esta restauración ya en periodo de cuaresma, «dos semanas antes de Semana Santa», precisa el mayordomo.

Previamente a su traslado al taller, la escultura realizada por Rausell y Llorens en 1945, fue sometida a un examen radiológico y un TAC en las instalaciones de la Clínica Quirón en Ciudad Real, por lo que el integrante de la Junta Directiva del Silencio mostró el agradecimiento de todos los hermanos dirigido a los responsables y el personal del centro sanitario ciudadrealeño.

En este examen se advirtió que algunas piezas del soporte se han desprendido y aunque no es peligroso, se prefirió actuar sobre ello.

Doblado señala que los mayores daños que sufre la imagen están en el deterioro de sus colores originales, que obedecen al lugar donde ha estado desde que saliera de la iglesia de San Pedro, la sede canónica de la Hermandad, con motivo de unas obras de restauración de este templo realizadas en 1962.  

En aquel momento, el hermano fundador Rafael Ruiz, el padre de Pilar Ruiz, que por entonces era miembro de la Junta Directiva (más tarde llegaría a ser también hermano mayor), la llevó a su casa, donde ha estado expuesta a través de una ventana que da directamente a la avenida de Pío XII. De esta forma, la escultura recibía directamente los rayos del sol, con el lógico daño en su policromía.

El actual mayordomo detalla que toda la Hermandad está muy agradecida a la familia Ruiz por albergar en su casa a su Virgen titular, pero en este momento la Junta Directiva está buscando un lugar más adecuado en el que la imagen, una vez restaurada, esté más protegida.

En este sentido, Doblado comenta que basta con contemplar fotografías tomadas en diferentes años para darse cuenta de que la figura realizada por Rausell y Llorens ha ido perdiendo brillo y colorido con el paso de los años.

Por otro lado, se aprovechará la restauración para modificar el sistema por el que la escultura se fija a la concha de su base, de modo que si hasta hora lo hacía mediante dos piezas de metal que estaban en contacto directo con la madera, lo que producía desgaste y daños con las vibraciones durante la procesión, a partir de ahora se instalarán unos cajillos, al modo de un taco, que evite el contacto directo del metal con la madera y amortigüe el desgaste.