La selección de Noruega es la nueva campeona del mundo tras superar a Francia (22-29) en la final del Mundial de balonmano femenino, en el Palau d'Esports de Granollers (Barcelona), en un duelo que parecía tener perdido y que remontó en una segunda parte dorada.

Francia se fue al descanso 16-12 arriba, una renta cómoda y que llegó a ser más amplia en una primera parte con muchos errores defensivos, pero sobre todo ofensivos, en el lado noruego. Y secundada por una gran actuación de Laura Glauser en la portería gala.

Pero todo cambió en el paso por los vestuarios. Noruega volvió a pisar fuerte el parquet, y se convirtió en una máquina de triturar 'bleus'. Tanto que la segunda parte tuvo un parcial de 6-17 a favor de las escandinavas.

Donde antes había pases perdidos en dirección a los laterales de la pista, tras el descanso hubo precisión quirúrgica. Noruega fue ganando confianza a medida que remontaba y, una vez cogió ventaja, no la dejó ir ni se relajó en ningún momento para amarrar ese oro que ya saborearon en la cita de Dinamarca 2015.

Así, las campeonas europeas, bronce olímpico y ahora campeonas mundiales, se fueron disparadas hacia el oro a medida que Nora Mork vio portería, si bien esta vez la máxima goleadora noruega fue Henny Reistad, con 6 goles en su haber. Uno más que Mork y que Oftedal y Brattset.