Ya están en marcha las obras de la nueva estación de tratamiento y filtrado de agua potable de Tomelloso, «el proyecto más importante y de mayor envergadura puesto en marcha con fondos propios por el Ayuntamiento en la historia de la localidad desde que se construyeron el embalse de Peñarroya y los depósitos de Santa María». El presupuesto asciende a 1,4 millones de euros. Así lo destacaron el teniente de alcalde, Iván Rodrigo, el concejal de Obras, José Ángel López, y el alcalde accidental, Francisco José Barato, que este viernes visitaron en el recinto de los depósitos de Santa María los trabajos de esta estación de filtrado, que comenzaron el pasado mes de noviembre y van a tener una duración aproximada de siete meses, con un periodo de pruebas de tres. Está previsto que pueda estar en funcionamiento antes de que finalice 2020. El proyecto está siendo financiado íntegramente por el Ayuntamiento de Tomelloso, aunque en un futuro podría sumarse el de Argamasilla de Alba, que también se abastece del agua de Peñarroya. Cuando lo haga, apuntó el teniente de alcalde, tendrá que pagar la parte proporcional del proyecto y los gastos de manteni- miento a partir de ese momento. Hasta entonces,  los vecinos de Argamasilla de Alba no se podrán beneficiar de esta infraestructura. «Gracias a este proyecto, el agua va a ganar en calidad porque se van a eliminar todos los residuos secos y partículas en suspensión del agua bruta que procede de Ruidera», explicó Rodrigo para agregar que se trata de «una obra verde», puesto que «se enmarca en el Acuerdo de Emergencia Climática aprobado recientemente por el equipo de Gobierno». Prueba de ello es que el abastecimiento eléctrico procederá de una planta fotovoltaica ubicada sobre el tejado de los depósitos, aunque contará también con un grupo electrógeno para casos de necesidad. «Es una obra que se hace por voluntad política, pero también por obligación, ya que Sanidad llevaba décadas diciendo al Ayuntamiento que tenía que filtrar el agua que baja a Tomelloso para mejorar el abastecimiento», apostilló el concejal de Obras, que precisó que el agua que llega a la ciudad «es buena, pero dura y arranca consigo muchas partículas».