Residencias y sanitarios infectados, claves de la pandemia

C.S.Rubio
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Madrid sería el otro gran foco de penetración del virus en Castilla-La Mancha, según el Centro Nacional de Epidemiología. El pico máximo se vivió el pasado 20 de marzo

Residencias y sanitarios infectados, claves de la pandemia

Las residencias de ancianos y, sobre todo, el personal sanitario infectado, han sido los principales focos de contagio del coronavirus en la comunidad, según los datos preliminares de un estudio que está desarrollando el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) sobre los distintos factores que han contribuido a la difusión de la epidemia en España.

 Una afirmación que se confirma al acercarse a los números de la enfermedad en Castilla-La Mancha: 575 sanitarios contagiados desde el 11 de mayo, un número solo superado por Cataluña, y 7.401 mayores infectados en residencias, de los que 1.339 habrían fallecido por Covid, tomando únicamente los datos oficiales como referencia. Es más, un total de 242 centros sociosanitarios de Castilla-La Mancha tienen, o han tenido, algún caso confirmado, y una veintena de ellos están a día de hoy siendo investigados por la Fiscalía por una posible negligencia a la hora de evitar los contagios en los primeros momentos de la epidemia. 

Una realidad regional que es equiparable a lo vivido estos meses en Castilla y León y, en menor medida, en Galicia, Extremadura y Aragón.

El factor Madrid. La cercanía a Madrid sería el tercer gran vector de contagio en la comunidad y, seguramente, el que mejor explica la entrada prematura de la enfermedad en Castilla-La Mancha. 

Según se desprende de este informe del CNE, en la semana  que transcurrió entre el anuncio del cierre de los colegios en Madrid (10 de marzo) y el confinamiento   general de la población a partir del sábado 15, se registraron, de media, entre 140.000 y 200.000 movimientos diarios entre la comunidad vecina y Castilla-La Mancha.  O lo que es lo mismo, centenares de miles de personas se movieron esos días de Madrid a Castilla-La Mancha, entre trabajadores, menores que tuvieron que quedarse en casa de los abuelos ante el cierre de los centros escolares y familias que decidieron trasladarse a su segunda residencia ante el ya entonces más que previsible confinamiento. 

El 27 de febrero, ‘caso cero’ en la región. En Castilla-La Mancha los primeros casos se detectaron a finales de febrero. En concreto, el primero registrado por el CNE fue en Guadalajara el día 27, un hospitalizado del que no se conoce el origen del contagio. Si bien la curva como tal arrancó el  1 de marzo y durante 20 días  no paró de crecer en la comunidad. Ese día, el 20 de marzo, se alcanzó el pico de contagios en la comunidad, con 958 casos confirmados.

Solo Madrid, La Rioja y País Vasco iniciaron antes (a finales de febrero) su curva de contagios, lo que vuelve a confirmar la alta incidencia del efecto frontera con Madrid para explicar la evolución del coronavirus en la comunidad, así como el hecho de que el origen del brote de la zona de La Mancha, uno de los más virulentos de los registrados en Castilla-La Mancha, tuvo su origen en un funeral en la localidad riojana de Haro, celebrado esos días.

El número acumulado de casos desde el inicio de la pandemia es 18.652 en Castilla-La Mancha.Por provincias, Ciudad Real acumula 7.330 casos, Toledo 4.286, Albacete 4.060, Guadalajara 1.524 y Cuenca 1.452. De ellos, 3.081 han fallecido, siendo Ciudad Real la zona más afectada, doblando en casos a Albacete y a Cuenca y Guadalajara juntas.

El objetivo del proyecto de investigación del CNEes identificar los factores que determinaron el ascenso de la epidemia y  prevenir ascensos futuros, según explican desde la propia institución.

Entre las recomendaciones destacan el uso de medidas de protección para que los movimientos de la población sean más seguros, como el uso de mascarilla, lavado de manos, distanciamiento social y aislamiento en caso de infección o contacto.