Ciudad Real se ha convertido en una zona para el refugio de las personas que huyen de conflictos desde la primavera de 2016, gracias a tres entidades que actualmente gestionan recursos para los refugiados, Cruz Roja, Fundación Cepaim y MPDL. Esta situación se remarca en la cifra de refugiados, con cifras ínfimas en los años previos, entre tres y cinco refugiados, a los 54 que pidieron refugio en 2016, los 76 del año 2017 y los 186 que se registraron durante el pasado año. Se trata de unos datos que muestran cómo ha ido aumentando el número de personas que piden refugio e implican que tres personas cada semana solicitaron protección internacional en la provincia durante 2018, una persona cada dos días.
Tras estas cifras además existe una visión de los conflictos del mundo. Las ONGs comenzaron su labor pensando en la crisis de los refugiados sirios, pero tras los acuerdos entre la Unión Europea y Turquía, los venezolanos han sido siempre las principales personas que buscan protección internacional en la capital, donde trabajan las tres organizaciones. En concreto en estos tres años con programas de refugio han pedido protección internacional 17 venezolanos en 2016; 34, en 2017; y 71, en el pasado 2018, según los datos facilitados por el Ministerio del Interior.
Detrás del país bolivariano hay muchas solicitudes procedentes de países de América del Sur o Centroamérica como Colombia, 29; El Salvador, 23; u Honduras, 10. Además hay 18 personas que han pedido protección desde el conflicto armado que perdura en Europa, el de Ucrania. Sirios hubo solo una persona que pidiera protección y ninguna procedentes de otros países de la zona.
«El panorama es total diferente desde el año 2016», explicó el presidente regional de Cruz Roja, Jesús Esteban Crespo, primera entidad que acogió refugiados en la capital. «Está claro que las nacionalidades han variado mucho y empezamos con Europa y la presión de los que pasaban por los distintos mares pero esa presión ha disminuido mucho». El cambio ha conllevado que «la gran mayoría de solicitantes sean venezolanos no solo en Ciudad Real sino en Castilla-La Mancha». En España, en 2017, último año con datos completos fueron 10.629 venezolanos los que pidieron refugio, un tercio del total. Respecto al resto de nacionalidades de Sudamérica, detrás de sus solicitudes están los conflictos relacionados con las maras o las organizaciones delictivas y las amenazas que reciben estas personas.
Crespo recordó que hay un aspecto importante que conlleva esta distribución de los solicitantes de asilo y es que al conocer el idioma puede resultar más fácil su integración laboral ya que Cruz Roja trabaja «con la perspectiva de que los refugiados vienen para quedarse de donde vengan» aunque si los conflictos en su origen se resuelven suelen volver a sus países. Falta tiempo para este momento pero es algo que ya ocurrió cuando los refugiados llegaban de la guerra de los balcanes hace varias décadas.
Las cifras se trata de solicitantes, no de personas que hayan logrado la condición ya que hay «atasco» en las oficinas del Ministerio y que conllevan «unos plazos tremendos» desde que se solicitan hasta que se sabe si finalmente se concede o no el estatuto de refugiado y la posibilidad de residir en el país.