A las puertas de la «inevitable» subida de impuestos que avanzó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a tramos altos de IRPF y grandes empresas, así como tasas medioambientales, el termómetro de la recaudación tributaria en Ciudad Real se congeló en mayo, en plena hibernación de la economía hasta reducir los ingresos de la Agencia Tributaria a sus cifras más bajas desde el año 2014 a estas alturas del ejercicio fiscal.
En comparación con 2019, baja la recaudación de las tres principales vías de ingresos de Hacienda en la provincia: el IVA, el impuesto de Sociedades y el del IRPF, aunque hay que tener en cuenta que ese 2019 fue el segundo mejor año para las arcas del Estado en Ciudad Real en más de una década. Eso supone que aunque el dinero que los declarantes del impuesto de la renta dejan en la hucha de Hacienda retrocede en casi dos millones de euros, la cantidad final, más de 71,2 millones, es la segunda más alta, después de 2019, en nueve años.
Las cuentas que realiza la Agencia Tributaria son claras: la factura para hacer frente al gasto social para hacer frente a la crisis del COVID-19 ha dejado importantes retrocesos en las cuentas del Estado, donde ‘faltan’ 1.980 millones de euros de recaudación del IVA, 1.344 millones de euros son atribuibles al IRPF, 550 al Impuesto de Sociedades, 34 a impuestos especiales y 317 a otros tributos.
medidas anticrisis. Dentro de esas medidas se incluye, por ejemplo se incluyen las relativas a la posibilidad de solicitar aplazamientos, a la suspensión de plazos de las deudas tributarias, que Hacienda apunta en su informe que son cuantías «que se ingresarán, presumiblemente, en los próximos meses» y el cambio en la modalidad de cálculo de los pagos fraccionados, donde el Ministerio que dirige MAría Jesús Montero, encuentra los motivos para explicar el descenso del dinero que ha entrado a través del IRPF y el impuesto de Sociedades, tributo que cae en Ciudad Real por primera vez en tres años, con la amenaza de una subida que afectaría a las grandes compañías, con el rechazo eso sí, de la patronal. En la provincia, asociaciones como la del transporte de mercancías ya solicitaba recientemente a los ayuntamientos, en clave de impuestos municipales, mano blanda para que los consistorios reduzcan, aplacen o ofrezcan la posibilidad de fraccionar las cargas municipales, como el IBI, el IAE o el Impuesto de Circulación.
La suma de condicionantes que arroja la crisis del COVID deja una caída de la recaudación global en la delegación de la Agencia Tributaria provincial del 33 por ciento en comparación con 2019, con una importante afectación también en el capítulo de los impuestos especiales, esto es, lo que se paga por el consumo de tabaco, alcohol o la compra de combustibles.