Una red para tejer futuro en la infancia

M. Lillo
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Tres madres cuentan su experiencia en el programa CaixaProinfancia, que se desarrolla en La Granja y que pretende afrontar situaciones de vulnerabilidad social de una forma integral y con una amplia diversidad de actores implicados

Una red para tejer futuro en la infancia - Foto: Rueda Villaverde

Sandra Mora tiene 28 años y es madre dos hijos, una niña de diez años y un niño de nueve. Vive en el barrio de La Granja y le gustaría que sus hijos fueran, en un futuro, «lo que ellos quieran ser, pero me gustaría que estudiaran». Ella es limpiadora, aunque hoy está en el paro tras acogerse en diversas ocasiones a los planes de empleo. Abandonó los estudios y se quedó en primero de la ESO. No le gustaba. «Lo que no quiero es que estén trabajando como yo. Muchas veces les digo: ‘¿Queréis ver cómo está mamá, limpiando y matándose a trabajar?’».

Cuando Sandra hace estas declaraciones está sentada en el mismo pupitre en el que por la tarde se sienta su hijo para recibir clases de refuerzo escolar. También él participa en estas clases de apoyo. Son una de las familias acogidas al programa CaixaProinfancia, que se caracteriza por ser un proyecto integral que, bajo el paraguas financiero de La Caixa, abarca a distintas entidades; Cepaim, Accem y Secretariado Gitano, y que sirve de complemento a la acción que se desarrolla desde los servicios sociales, sanitarios, educativos y otras entidades, que contribuye a tejer una red que tiene por objetivo la promoción y el desarrollo integral de la infancia en situación de pobreza y vulnerabilidad social.

Sandra está «muy contenta» con los resultados del programa. «El año pasado, a mi hija le quedaron seis y este año dos. La maestra dice que se nota la mejoría», asegura con ilusión. En este caso, sus hijos se benefician del refuerzo escolar, uno de los pilares que articulan este programa y que también requiere del compromiso de las familias para realizar un seguimiento y análisis de los resultados. No es la única actuación que se desarrolla mediante la red que ha tejido CaixaProinfancia.

Una red para tejer futuro en la infanciaUna red para tejer futuro en la infancia - Foto: Rueda VillaverdeNoelia Salido, de 42 años, es otra de las madres que viven en La Granja y que decidió participar en este programa «para dirigir un poco a los chicos». El mayor tiene 16 años y el pequeño 10. Este último es el que participa actualmente al programa, en las actividades de ocio y tiempo libre. En su caso, recibe el refuerzo de Cruz Roja y de ahí que se complemente con otro tipo de acciones, puesto que la intención del programa es no duplicar recursos y que todas las entidades y administraciones remen en la misma dirección. Estas actividades se desarrollan en la parroquia San Juan Bautista, enclavada en el Camino Viejo de Alarcos.

El centro eclesiástico cede las instalaciones para este fin. «Estamos de acuerdo con el proyecto y más con la incidencia que puede tener en La Granja, que es una zona de exclusión y muy vulnerable», afirma el párroco Francisco Guerrero. «Cualquier granito en esta realidad es mucho, son grandes avances, aunque no sean espectaculares en cifras, pero el que seis niños que estarían en la calle o en su casa estén conviviendo con actividades de tiempo libre, formativas y que esto revierta en las familias por el seguimiento y acompañamiento que se les hace, es muy bueno», agregó el párroco.

También Vanessa Selas, técnico en integración social responsable de este proyecto en el Centro Social de La Granja, subrayó la perspectiva «integral» que tiene este proyecto mediante la red de entidades prestadoras y la «cohesión» que existe entre ellos para poder abordar los distintos aspectos que pueden incidir en la salida de estas familias de una situación de vulnerabilidad social.

Una red para tejer futuro en la infanciaUna red para tejer futuro en la infancia - Foto: Rueda VillaverdeDesde el centro se dirige a muchas familias a este programa, aunque también pueden hacerlo el resto de agentes que están implicados. En concreto, el programa se puso en marcha en octubre de 2016 y actualmente están incorporadas al mismo 36 familias y 79 menores. Desde el pasado 30 de enero se han incorporado al programa dos nuevos servicios; el de atención psicoterapéutica y el de atención logopédica.

«Es un barrio bastante complicado, pero poco a poco las familias se van concienciando», asegura Selas tras indicar que, a diferencia de otros programas, CaixaProinfancia no es exclusivamente «bidireccional», entre los beneficiarios y el prestatario, sino que es «integral», e implica desde el centro social hasta el colegio, los centros de salud o las entidades que han sido designadas como referentes en esta red de apoyo a colectivos con escasos recursos.

CaixaProinfancia también cuenta con un pilar económico, que busca contribuir al sustento económico de las familias, por lo que pone a disposición de las familias una especie de cartera de bienes para cubrir distintos gastos. De esta parte del programa se beneficia Magdalena Fernández. Tiene 21 años y es madre de una niña de tres años y de otra de año y medio. Ahora mismo no trabaja, toda su dedicación la acaparan sus pequeñas. En su caso se sacó la ESO pero se casó a los 16 años y se vino de Albacete, de dónde es natural, a Ciudad Real para vivir con su pareja. En Ciudad Real lleva ya cinco años.

Una red para tejer futuro en la infanciaUna red para tejer futuro en la infancia - Foto: Rueda VillaverdeRisueña y amable, explica que se ha podido acoger a la tarjeta de CaixaProinfancia dedicada a alimentación e higiene. 100 euros por cada niña. Ya ha hecho uso de ella, dice en referencia a la multitud de gastos que tienen las pequeñas. «Es una ayuda muy grande para comprar todo, sobre todo porque de pequeñas tienen muchos gastos», relata.

Subraya la atención que le prestan desde el programa y confiesa que, si fuera necesario, le gustaría que su hija se beneficiara del programa de refuerzo escolar que también desarrolla el proyecto Proinfancia si al dar el salto al colegio flojeara en los estudios.

Desde el colegio Cristóbal Colón, su directora, Rosario García-Maroto, explica que desde el centro educativo colaboran «proponiendo familias que cumplen el perfil para derivarlas a cuestiones como el refuerzo educativo por las tardes o los casos de niños que necesiten de logopedia. Me parece un programa importante y se le está dando un apoyo a familias que lo necesitan. Llevamos funcionando un par de años y busca compensar desigualdades», relata la representante de este centro que acoge clases de refuerzo y actividades. 

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