Casimiro Molina presentó el domingo su renuncia como presidente provincial de Vox, en una carta comunicada directamente al presidente nacional del partido, Santiago Abascal, debido a motivos personales y profesionales. En la misiva, Molina argumentó que «Vox es y va a ser un partido ganador» y que «como emprendedor» le había llenado de satisfacción contribuir a esta gran labor «como es y está siendo luchar por la unidad de España, por tanto ya me siento ganador». Molina indica, en su misiva, que ha sido «el auge del partido» el que le lleva a renunciar por el tiempo que tiene que dedicarle. «Ha llegado el momento de dedicarle todo mi esfuerzo y más tiempo a mi trabajo y familia», dijo, antes de recordar que «nunca» ha vivido de la política. 

Molina dijo quedarse con lo mejor del partido desde que en julio llegara a la Presidencia, en el proceso interno del partido en verano, antes del ascenso en votos de Andalucía y de actos multitudinarios como el de Vistalegre. «He intentado crear unas premisas a personas comprometidas con sus pueblos; para que trabajen por y para ellos con vocación de servicio». Por último pidió a sus compañeros de partidos que «no nos ganemos a la gente de nuestros pueblos y ciudades por y para nuestras causas y objetivos personales sino por una mejor convivencia en común y un mejor desarrollo sostenible de extrema necesidad».