Y para brindar, un espumoso manchego

M. E.
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La producción del 'cava' regional, consolidada en los últimos años, se ha hecho con una importante cuota de mercado durante las fechas navideñas

Y para brindar, un espumoso manchego

Estas navidades se presentan llenas de incógnitas por las complicadas circunstancias sanitarias provocadas por la pandemia. Todavía muchos no tienen claro si se podrá viajar y cuándo, con quién podrá cenar y con cuántos, hasta qué hora podrá alargar la velada... Pero de lo que pocos tienen duda es de que encima de la mesa de la inmensa mayoría de los hogares españoles habrá un vino espumoso esperando a ser descorchado en el momento más especial de la noche, y probablemente se trate de un producto manchego, capaz de competir en calidad y precio con elaborados franceses o catalanes.

Después de varios años de importante crecimiento, en la actualidad se puede afirmar que el espumoso manchego se ha consolidado en el panorama nacional, haciéndose con una cuota de mercado bastante respetable teniendo en cuenta que las bodegas realizan una producción muy minoritaria, al tratarse de un producto de consumo estacional, básicamente durante las navidades.

Después del fuerte incremento en la comercialización de espumosos por parte de las bodegas de Castilla-La Mancha en 2004, como consecuencia de un boicot a productos catalanes, su producción se ha estabilizado con el paso de los años. Desde entonces, marcas ciudadrealeñas como Mantolán, Cantares, Viña Xetar, Ojos del Guadiana o Mureda disfrutan de un reconocido prestigio en el sector y se han hecho con un importante espacio en el mercado nacional, además de exportar a varios países de la Unión Europea.

Elaboración de vino espumoso en una bodega de la DO La Mancha.Elaboración de vino espumoso en una bodega de la DO La Mancha. - Foto: Luis Martínez (DO La Mancha)Según datos de la Fundación Tierra de Viñedos, organismo público dedicado a la promoción de los productos vitivinícolas elaborados en Castilla-La Mancha, en el último año la región ha exportado 44,4 millones de litros de vino espumoso, por valor de 27,2 millones de euros, que en términos relativos con respecto a la producción nacional supone un 25,1% en comercialización y un 6,6% en valor económico. Destacan los espumosos de la DO Cueva, que pertenece a la zona de Villanueva de Alcardete (Toledo), el gran referente regional. Con respecto a las variedades, inicialmente se empezó con airén y macabeo, pero como destaca la directora de la Fundación, Diana Granados, «hoy en día te encuentras con casi todas las variedades que te puedas imaginar, incluso tintas, que ahora son moda».

Hace casi 30 años, la bodega Vinícola de Castilla de Manzanares fue la primera en sacar al mercado un espumoso manchego de elaboración tradicional (con segunda fermentación en botella), Cantares, marca que ya es un referente en este sector. En la actualidad se elaboran unas 100.000 botellas, una cantidad minoritaria dentro de la producción global de esta bodega, y una cifra similar a la de otros años, según Alfonso Monsalve, miembro del consejo de administración, que explica que el consumo de este tipo de caldos es claramente estacional, sobre todo en España, con casi toda su salida en estas épocas navideñas, y más ligado a la hostelería. Defiende que el gran reto de las bodegas que se dedican a la elaboración de este tipo de vinos es conseguir hacer llegar al consumidor «la diferencia entre un vino espumoso de segunda fermentación en botella de la del vino con gas carbónico añadido, con costes de producción muy distintos». Monsalve defiende la relación calidad-precio de los cavas manchegos con respecto a los franceses o catalanes, y de hecho asegura que en el mercado nacional ya les han arrebatado el protagonismo. «En Castilla-La Mancha hay elaborados que pueden competir en calidad y precio. No hace falta viajar lejos para encontrar un rato de verdadero placer y disfrute bebiendo un vino espumoso», asegura, recordando que en esta región «tenemos el mejor suelo, el mejor clima, muy buenas instalaciones y profesionales muy capacitados y con experiencia». 

 

Ecológico

La bodega Mureda también produce brut manchego, unas 50.000 botellas anuales de vino ecológico. Su singularidad radica en que está a punto de comercializar el primer vino espumoso de la Denominación de Origen Valdepeñas. Se trata de un producto que lleva elaborando desde hace dos años y que saldrá al mercado en cuestión de días. Serán solo 3.000 botellas, algo simbólico, pero serán las primeras bajo esta DO. Casi la totalidad de la producción de Mureda es exportada a países como Alemania, Japón, Estados Unidos y Países Bajos. «En esos países el vino ecológico está más valorado que en España», argumenta el director técnico de esta bodega, Miguel Ángel Villanueva.

En cuanto a la Denominación de Origen La Mancha, la producción de vinos espumosos ronda el medio millón de botellas al año, una cifra que también se ha estabilizado en los últimos años. Para el presidente de esta DO, Carlos Bonilla, el techo que impide que la comercialización pueda crecer es el precio, al tratarse de un producto más caro que los de origen catalán ya que está elaborado con el método tradicional. «Estamos hablando de un producto de mayor calidad, y en este sentido, hay que reconocer el trabajo que están realizando bodegas y cooperativas, que están apostando por la calidad antes que por el bajo precio», asegura Bonilla. La gran mayoría de la producción de espumosos DO La Mancha, sobre un 80%, va destinado a la venta nacional, con una cuota de mercado muy importante y «consolidada» en la zona centro.

Estas navidades, sea donde sea y con quien sea, en muchos hogares se brindará por un próspero 2021 con un vino espumoso manchego cada vez más consolidado en el mercado nacional.