El centro de Ciudad Real se convirtió ayer en escenario de la solidaridad con la celebración de la VII Carrera de la Mujer. Un encuentro pensado para reflexionar sobre la igualdad, ser solidarios y practicar deporte, cada uno a su ritmo, al no ser una prueba competitiva.
El objetivo fue colaborar con tres entidades dedicadas a trabajar por las enfermedades raras como son Lupus Castilla-La Mancha, que atiende a los pacientes de esta enfermedad; Guerreros Púrpura, que une a padres con menores que tienen enfermedades neurológicas, metabólicas y endocrinas; y SFC-SQM, dedicada a los síndromes de Fatiga Crónica y de Sensibilidad Química Múltiple.
En la prueba de ayer se repartieron un total de 1.200 camisetas, cubriendo el máximo, la mayoría acudió a la cita aunque el tiempo apacible hizo que algún corredor solidario se quedara en casa.
1.200 corredores solidarios por Ciudad Real - Foto: /Fotos: Rueda Villaverde«Esto no es una carrera de ganar aquí todos ganamos y nadie pierde», apuntó el presidente de Quixote Maratón ADAD, Mateo Gómez, antes de ceder el pistoletazo de salida a la alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora. «La diputación colabora con esta carrera de igualdad y seguirá apoyándola», apuntó la diputada provincial Manuela González. También la Junta mostró su apoyo a esta iniciativa por «la promoción de la salud y la igualdad» a través de evento, en palabras del director promocional de la Consejería de Economía, Agustín Espinosa. «Agradecemos a todos la buena solidaridad por participar en esta prueba», concluyó Carmen Lozano antes de iniciarse la prueba.
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1.200 corredores solidarios por Ciudad Real - Foto: /Fotos: Rueda Villaverde
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En menos de media hora se completaron los cuatro kilómetros de recorrido por el centro de Ciudad Real, desde el Prado hasta la plaza de la Provincia, pasando por el Torreón, calle Calatrava y vuelta a los jardines. Quienes optaron por dar un paseo, tardaron más, pero para unos y otros al final hubo migas, por la federación de peñas; música a cargo de los estudiantes de la Escuela de Música de Moderna; y un mercadillo solidario, por si querían completar su apoyo a la prueba organizado por las entidades. Toda esta propuesta de ocio matinal se pudo disfrutar en un templete del Prado, vestido con 3.000 cuadrados de lanza, realizados durante los últimos meses.