Tambores de guerra

M. Sierra
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La Costa de Marfil se estrena en Almagro con 'Fuenteovejuna, el valor de las mujeres'

Tambores de guerra - Foto: Mariano Cieza Moreno

Costa de Márfil se estrena con honores en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro con su propuesta clásica, la primera que llega desde el país africano a Almagro, ‘Fuenteovejuna, el valor de las mujeres’ y que se convierte a un mismo tiempo en reflejo de una realidad todavía actual para este país, el uso y abuso de las mujeres, y en una puerta abierta a la esperanza que reclama primero venganza al grito de ¡Fuenteovejuna! Resuenan tambores de guerra a l o largo y ancho de esta propuesta que el público no sólo aplaude, también danza.

Color y música son los pilares sobre los que se levanta esta versión en francés del drama que Lope escribió sobre la rebelión de un pueblo de Córdoba que se levantó contra la tiranía del Comendador. Una historia que puede parecer lejana en el tiempopara el espectador de Almagro pero que no lo es tanto en algunos rincones del país africano de donde viene esta compañía que convierte a las mujeres en las cabecillas de una rebelión que quiere acabar con la idea de «objeto» de la mujer.

una obra con tintes feministas. Ocho actores, cuatro mujeres y cuatro hombres, levantan esta versión africana en francés, con un marcado tinte feminista, que firma el dramaturgo catalán afincado en Costa de Marfil Luis Marqués y dirige Vaga Obou, y en la que todo se reduce a los tres personajes claves de la historia, Laurencia, Frondoso y  el Comendador, convertido en esta pieza en un jefe de guerra, casi más cruel que su versión española, mostrando su visión de las mujeres como trofeo de guerra y justificando así los genocidios étnicos. Obou y Marqués aciertan no sólo en concentrar esta historia en estos tres personajes, también en defender la idea de que todos podemos ser Laurencia, o Frondoso o el comendador, como se muestra claramente sobre el escenario donde los personajes van mudando de actor para ofrecernos las distintas versiones, por ejemplo, de laurencia, cada una diferente, pero con un denominador común, que se niegan a la sumisión, a ser tratadas «como prostitutas», todas quieren su sitio,su vida, una demanda ante la que sólo encuentra una respuesta, abuso y violencia.

El texto se reduce al máximo en esta propuesta que se queda sólo con aquellos parlamentos básicos del drama para entender el paralelismo entre lo que dijo Lope de Vega y lo que se vive en distintos puntos del continente africano en pleno siglo XXI, una realidad que vista sobre un escenario aprieta las tripas hasta doler.

A cambio de ese texto,el espectador se encuentra con un lenguaje musical que entra por los ojos y por los oídos hasta erizar la piel. Las danzas tribales llenan un escenario en el que el único elemento escénico son los intrumentos de percusión, convertidos en balcón, trono, tribuna y hasta en hogar, pero sobre todo en lenguaje universal.

Hoy en Ciudad Real. Con dirección artística de Ignacio García, la propuesta, que bajaba ayer el telón en el patio Fucares y que esta noche, a las 22.30 horas, se subirá al escenario de la plaza Mayor de Ciudad Real, para estrenar el I Ciclo Internacional Teatro en la plaza de la capital. Una maravillosa propuesta para volver a ver esta fiesta musical que despierta las ganas de vivir del público, de luchar.