Gas se estrena con un calderón

D. F.
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La hija del aire, protagonizada por Marta Poveda, cierra la agenda de la 42 en el Adolfo Marsillach. Hospital de San Juan

Gas se estrena con un calderón

Locura, avaricia, celos, amistad, poder. De todo eso y mucho más habla el texto de Calderón de la Barca, La hija del aire con el que el director y actor Mario Gas debuta en Almagro,  al frente del elenco de la Compañía Nacional de Teatro Clásico  que cierra con éste su presencia en la 42 edición del Festival Internacional. Un montaje que se estrena hoy y que se podrá ver hasta el 28 de julio en el escenario Adolfo Marsillach. Hospital de San Juan

La presencia de Gas en Almagro, tras una dilatada carrera sobre los escenarios y detrás de ellos, era festejada por el director del Festival, Ignacio García, que calificó al actor y director  de «especie en peligro de extinción» que «faltaba» en una «reserva natural del siglo de Oro como es Almagro».

La hija del aire es la historia de Semíramis, un texto intenso de Calderón que Gas ha montado para entretener, huyendo de la visión más literaria y pensando más en el espectador, «porque el teatro es eso que ocurre cuando la palabra se levanta y encarna la escena», como explicó el director nacido en Montevideo.

Ambientada en el periodo de entreguerras, Gas propone una visión del clásico en la que, «sin perder de vista el barroco como referencia conceptual», se busca «un tratamiento más contemporáneo y esencialista» porque «es el texto lo que de verdad tiene la capacidad para conectar con el espectador actual», explicó.

Durante su intervención, Gas también se mostró muy ilusionado con ésta su primera  vez en el Festival, al que además llega con la Compañía Nacional de Teatro Clásico «principal guarda del acervo del siglo de oro y de su teatro tan necesario y que todavía puede seguir explicándonos cosas».

El texto se convierte en una pieza clave para la propuesta de Mario Gas, de ahí que decidiera implicar en la versión del clásico a «un poeta», Benjamín Prado quien reconoció que su trabajo se ha centrado más en llegar al espectador que en agradar a los filólogos. Y eso a pesar de la complejidad de una obra «en la que caben muchas» pues en esta Hija del aire, se habla de la avaricia, de los celos, del poder, y hasta de la locura...

Al frente de esta historia, una mujer, Semíramis, interpretada por Marta Poveda, quien sobre todo quiso resaltar el trabajo de sus compañeros,  y la maestría de Calderón, entre otras cosas, por ser un adelantado a su tiempo como demuestra esta obra en la que habla de «una mujer que se ha sometido durante toda la primera mitad de su vida» y que, tras liberarse, tiene que «decidir qué hace con su libertad, con su moral y con su poder».

La hija del aire supone también la última producción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico realizada bajo la dirección de Helena Pimenta, quien manifestó sentirse  «muy orgullosa» del trabajo de todo el equipo de la CNTC en este montaje totalmente atravesado por la violencia de Calderón. Una despedida, dijo Ignacio García, «por todo lo alto».

De Calderón, también la obra que esta tarde se podrá ver en el escenario de la Antigua Universidad Renacentista. Una única función de Con quien vengo, vengo, por Gabriel Garbisu. Un texto, de Amara Producciones, explicó el director del montaje, poco representado que plantea una «crítica del código de honor del caballero» forzando éste casi hasta parodiar el género al más puro estilo cervantino.

La propuesta de Garbisu destaca por prestar especial atención al juego actoral y la palabra.