Portugal se la juega en los pactos

Paula Fernández (EFE)
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La igualdad entre socialistas y conservadores en los sondeos resucita el espíritu de los grandes acuerdos, más aún después de que el líder del PSD se abriera a facilitar el Gobierno al ganador

El partido de centroderecha ha recortado distancias en las últimas semanas frente a la izquierda. - Foto: PEDRO NUNES

Todo puede pasar en las elecciones del próximo domingo en Portugal, donde los sondeos anticipan una reñida disputa en las urnas entre los socialistas y los conservadores, que se abrieron ayer a negociar un pacto de caballeros para garantizar la gobernabilidad si no se consigue formar Gabinete.

Después de que los socialistas de António Costa liderasen todas las encuestas en los últimos meses, el PSD (centroderecha) ha recortado distancias y esta semana los sondeos llegaron a dar un empate técnico entre ambas formaciones.

Los comicios se antojan más reñidos de lo que parecía y la incertidumbre deja en abierto todos los escenarios posibles, hasta los que surgían como más improbables.

«Si no gano las elecciones, estoy disponible para negociar con quien gane para que Portugal no tenga que ir a las urnas otra vez en poco tiempo y garantizar la gobernabilidad», señaló el líder del PSD, Rui Rio. «Espero que sea recíproco», avisó a los socialistas al margen de un acto en el final de la campaña.

No se trata de un improbable «bloque central» que una a socialistas y conservadores en una coalición de Gobierno, como ocurrió en los 80 -con poco éxito-, sino de un pacto de caballeros. Si los números no cuadran ni a izquierda ni a derecha, se plantea la posibilidad de negociar un acuerdo que permita gobernar al partido más votado sin que su rival sea una piedra.

La oferta a la que ayer respondió Rio llegó de las filas socialistas, de boca del número dos del Gobierno, Augusto Santos Silva, que apuntó  en un debate que los socialistas negociarán con los partidos de izquierda, pero reconoció también otras «soluciones intermedias».

«Pueden resultar en un acuerdo de caballeros entre los partidos mayores para facilitar la vida al que forme gobierno», dijo. Con esa bala en la recámara, aprovechan la recta final de la campaña para arrancar votos, y la remontada de los conservadores ha hecho que la ultraderecha y los posibles pactos estén cada vez más presentes.

Costa volvió a insistir en los riesgos que supondría tener un Ejecutivo conservador «rehén» de la ultraderecha, si el PSD se apoyase en los diputados de Chega. Un Gobierno socialista, defendió, es «la única solución que nunca dependerá de la tolerancia y complacencia, acordada o no acordada, con la ultraderecha». Mientras, Rio intentaba desvincularse cada vez más del partido liderado por André Ventura. Ayer dijo que no valdría la pena conversar con los comunistas y el Bloque de Izquierda tras las elecciones, pero metió en el mismo saco a alguien más: «Lo mismo se aplica a Chega», aseguró.

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