Uno de los factores claves para mantener a raya el coronavirus es localizar el origen de los nuevos contagios. Se trata de una situación que se puso de manifiesto en la tercera ola, cuando la trazabilidad de los contagios superaba el 80 o el 90 por ciento, pero que ha ido cayendo, conforme se han relajado las medidas de control. De hecho, en el último informe del Ministerio de Sanidad, uno de cada dos casos en la provincia de Ciudad Real no tiene un origen claro, lo que dificulta la labor de los rastreadores. Esto ocurre bien porque se oculta el posible foco o  porque ante la apertura y el incremento de la movilidad resulta imposible trazar la línea de contagio. 

Ese 51 por ciento de trazabilidad en la provincia es el dato más bajo de todo 2021. Una cifra significativa, ya que Ciudad Real llegó a liderar el rastreo en toda España durante varias semanas consecutivas. Se trata de una caída de la trazabilidad que ha ocurrido en toda España de forma general, con apenas tres provincias que superan el 80 por ciento y algunas que no llegan al 30 por ciento. En Castilla-La Mancha, solo Toledo tiene un porcentaje menor, del 50,9 por ciento. 

Con todo hay una segunda cifra de control en el informe que se mantiene baja, la positividad de las pruebas, situada en el 4,9 por ciento, lo que implica que en el 95 por ciento de las pruebas PCR realizadas el resultado es negativo. Es decir hay muchas personas que acuden a los centros sanitarios, llamadas en estos rastreos, y que no han sido contagiadas.