Sergio Pardilla (Caja Rural) culmina este viernes una concentración en altura en Navacerrada previa a un mes y medio que se presenta frenético para él.

Con apenas 13 días de competición esta campaña, el escalador de Membrilla tiene en su calendario un doblete ciertamente peculiar, Vuelta a Portugal (del 31 de julio al 11 de agosto) y Vuelta a España (24 de agosto a 15 de septiembre).

Precisamente, esa frescura, «a estas alturas otros años ya llevaba 50 días de competición», recuerda, es la explicación a su cambio de calendario.  Así, ha tenido que sacrificar su participación en la Vuelta a Burgos, «una carrera que me encanta» y donde ganó una etapa y acabó tercero de la general en 2016; y a cambio realizará «la Vuelta a la Península Ibérica», bromea.

El ciclista membrillato considera que la Vuelta a Portugal debe ayudarle a coger el ritmo de competición necesario para afrontar después la Vuelta a España con mayores garantías. «Entre una y otra carrera hay dos semanas y creo que es tiempo suficiente para recuperar», argumenta. Asimismo, confiesa que «la Vuelta a Portugal me gusta mucho y en función de cómo me encuentre a ver si puedo pelear por alguna etapa».

Toda su campaña ha estado condicionada por un coágulo en su pierna izquierda provocado por una caída en la Vuelta a San Juan en Argentina a finales de enero y que le mantuvo en el dique seco hasta el 17 de junio, cuando volvió a ponerse un dorsal en la clásica Mont Ventoux Dénivelé Challenge, con final en este mítico puerto y en la que concluyó vigésimo segundo.

En Navacerrada lleva concentrado desde el día 5, siguiendo un estricto plan de preparación. Asegura que «las sensaciones son buenas, el problema es esa falta de ritmo de competición». 

A sus 35 años mantiene la ilusión del primer día y confía en ser protagonista en esta segunda parte de la temporada tras una primera donde ha vivido la parte más dura del deporte, las lesiones.