Gafados

C. de la Cruz
-

El Manchego suma un punto que le sabe a poco frente al Azuqueca (1-1) con un penalti muy riguroso en contra

Los jugadores mancheguistas protestan al árbitro la pena máxima señalada en contra al filo del descanso. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Al Manchego no le gustan los empates. El equipo juega al todo o nada y así el punto sumado ante el Azuqueca sabe a muy poco, sobre todo porque fabricó y dispuso de ocasiones para desequilibrar la balanza a su favor y porque además, para mayor mortificación, se encontró con un penalti en contra más que riguroso.

Si Antonio hubiese estado más acertado en la primera acción del partido quizás el camino hacia el triunfo hubiese sido más sencillo, pero el meta villarrubiero Ropero le ganaba la partida al delantero del Manchego y las dudas volvían a aparecer. En la mente de los futbolistas locales todavía estaba muy presente el rosario de ocasiones desperdiciadas en el duelo ante el Atlético Ibañés del pasado miércoles (0-1), y cuando los fantasmas no se ahuyentan llega el miedo.

Así, el Azuqueca, que se presentó sin su gigante Pancorbo y que recientemente ha visto mermada su plantilla con las salidas de Ortigosa y Jonás Basso, mostró ganas y estuvo muy cerca de adelantarse un remate de Ramiro al palo y en un disparo demasiado cruzado de Gorka; ambas ocasiones se habían producido en fallos defensivos. Incluso Sergio se vio obligado a intervenir en un potente disparo de Ramiro que le dejaba el hombro dolorido.

Con las armas al descubierto, a veces la cantidad no equivalía a calidad. El Manchego ejecutó un total de ocho disparos hacia la meta visitante en el primer acto, algunos tan claros como un balón a la espalda azudense que Biho, ante la media salida de Ropero, enviaba fuera. Mucho mejor la calidad, y así tuvo que llegar el primer tanto: Biho robaba en un mala salida y cruzaba el balón ante la llegada de Abraham, que no la dejaba caer empalmando un disparo raso que entraba ajustado al palo.

la polémica. El Manchego podría haber disfrutado de su premio al descanso, pero el colegiado lo impidió dictaminando una pena máxima tan rigurosa como evitable. Neila botaba una falta al corazón del área y Borja Cabanillas caía dentro de un barullo de jugadores, con  la mano de Luis Poblete en la espalda del atacante;una acción tan habitual que cuando Sandoval Marchante señaló el punto de penalti los futbolistas mancheguistas se llevaron las manos a la cabeza. Disparo de Ramiro y tablas en el minuto 44.

Viendo que el árbitro era proclive a levantar el brazo, Abraham intentó engañarle nada más comenzar la segunda parte con ‘piscinazo’ bien ejecutado, pero no hubo recompensa a la buena actuación. Tampoco quiso problemas el árbitro cuando el balón golpeaba la mano de Corral a falta de quince minutos. En lo tocante a penas máximas ya estaba todo dicho.

El Manchego, con hambre pero con muy poca pólvora, dominaba sin lograr finalizar. Sergio Inclán movió ficha dando entrada al central panameño José Arturo, que se colocó en punta de ataque, y Ángel y Rubén Gómez reaparecían tras su lesión. Pero ya no hubo ni la fluidez ni alegría del primer acto, con un cuadro azudense que se fue creciendo poco a poco con acercamientos peligrosos. Pero la más clara, la oportunidad que pudo haber marcado las diferencias estuvo en las botas de Antonio a cinco minutos del final, pero la estirada de Ropero, magistral, evitó el 2-1.

El Manchego parece gafado. Un empate ante un buen Azuqueca en un partido en el que mereció más que su rival.