Si todo va bien, el próximo sábado 27 de noviembre Ciudad Real podrá asistir a la primera procesión religiosa después de año y medio de pandemia. Será la Hermandad de la Oración del Huerto la que vuelva a sacar su misterio a la calle, como gesto de conmemoración del 75 aniversario de su llegada a Ciudad Real. Lo hará con todas las medidas de seguridad posibles y también con todas las «ganas e ilusión» acumuladas durante todos estos meses sin poder procesionar, en palabras de su hermano Mayor, David Casero.
Desde que hace poco más de una semana su parroquia le otorgara el permiso correspondiente, al que se adjuntaba el consentimiento oficial del Ayuntamiento, en la hermandad no se ha parado de trabajar para diseñar este primer desfile postpandemia. La comitiva partirá desde San Pedro a las 17 horas y tiene previsto un recorrido de unas cuatro horas, con final en el Guardapasos, con acompañamiento de la Agrupación Musical Santo Tomás de Villanueva y de otra banda de música de La Solana.
medidas de seguridad. Todos los integrantes deberán llevar mascarilla y mantener distancia personal de seguridad, y en el caso de los 40 costaleros que portarán el paso, además de llevar mascarilla, de utilizar gel hidroalcohólico y de tomarles la temperatura, deberán estar vacunados contra la COVID y se les someterá a un test de antígenos, acortando de igual modo los tiempos de relevo para intentar estar el menor tiempo posible debajo del paso, donde no se puede mantener la distancia de seguridad. Todo para que esta simbólica procesión que inaugurará el regreso a la normalidad se realice sin poner en riesgo la salud de nadie.
En este sentido, el hermano mayor de la Oración del Huerto hacía un llamamiento de «responsabilidad» a todos aquellos que quieran acompañar a la hermandad el día 27, o a los que la vayan a ver pasar por las calles de la capital, para que utilicen la mascarilla en el caso de juntarse con otras personas.
«Después de tanto tiempo, nos hace mucha ilusión poder salir a la calle para poder compartir el misterio con la ciudad», reconoce David Casero, que insiste en que desde que se pudo confirmar esta salida en procesión, «estoy notando muchas ganas en la gente, y nos están llegando muchas felicitaciones». Esta procesión debería marcar un antes y un después en la situación cofrade de Ciudad Real, y simbolizar un punto de partida perfecto para mirar con optimismo hacia la Semana Santa de 2022, si la situación sanitaria así lo permite.