Pilar Cid Gómez falleció el día 21 de enero de 2021. La misa sepelio tuvo lugar en la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol de Ciudad Real el viernes 22, presidida por el vicario general de la Diócesis, Tomás Villar, acompañado por un buen número de presbíteros y fieles de la diócesis, que no pudieron ser más debido a las restricciones impuestas por la pandemia, indicaron desde la Asociación Apostólica Reina de los Ángeles en un comunicado.

Durante su vida ha tenido una intensa dedicación a la Iglesia Diocesana, colaborando y dirigiendo instituciones, asociaciones y hermandades de notable relevancia en nuestra provincia. Esta trayectoria, unida a sus virtudes personales, ha hecho que sea una mujer conocida, respetada y apreciada no solo en los ambientes religiosos, también entre la sociedad civil. Pilar ha sido una mujer de gran talla intelectual y humana que ha vivido en plenitud y con valentía su vocación laical en la Iglesia y en el mundo, en todas las situaciones sociopolíticas en las que le ha tocado vivir.

Su actividad profesional, de más de 50 años, se desarrolló en los servicios sociales de la Diputación Provincial, donde demostró siempre una sensibilidad especial por los débiles y necesitados. Aun hoy, cuando ha pasado bastante tiempo desde su jubilación, sigue siendo entrañablemente recordada, respetada y valorada por sus compañeros de trabajo, por los responsables políticos que han pasado por la institución y, sobre todo, querida por los que fueron beneficiarios de sus servicios.

Fallece Pilar Cid Gómez

En su faceta eclesial, Pili, como así la llamaban, era una mujer que amaba a la Iglesia, y que se entregó al servicio y promoción de la Iglesia de la Diócesis de Ciudad Real.

Ejerció su apostolado seglar en la Acción Católica de jóvenes y mujeres, ha formado parte del Consejo Diocesano de Pastoral y ha sido también presidenta de la Hermandad de la Corte de Honor de la Virgen del Prado. En su paso por todas estas instituciones dejó un imborrable recuerdo por su servicio eficaz, sensato, riguroso y discreto a estas instituciones. Tuvo también una intensa colaboración, durante bastantes años en la década de los 80, con la labor social realizada por la Casa de Santa María de Daimiel, creada para promocionar a la mujer rural del entorno de las aldeas de la zona noroeste de nuestra provincia, lo que permitió a muchas jóvenes de la zona recibir una formación integral, cultural y en valores que no hubiese sido posible de ninguna otra forma.

Cabe destacar, también, su pertenencia hasta el final de sus días a la Asociación Apostólica Reina de los Ángeles. Esta Asociación Diocesana, que fue creada hace más de 60 años, pasó por momentos delicados al final de los años 70 y Pili aceptó la responsabilidad de su dirección, consiguiendo sacarla adelante. Hoy cuenta con un equipo de 25 personas, más un numeroso grupo de colaboradores y tiene el encargo del Obispo de colaborar con los sacerdotes en las tareas de evangelización (catequesis, sacramentos, apoyo personal) de los núcleos rurales más pobres de nuestra provincia. Actualmente, la Asociación está colaborando con los sacerdotes de las Unidades de Acción Pastoral (UAP) de Malagón y de Montes Norte.

Durante su vida, Pili Cid destacó por su coherencia, por su inquebrantable condición de creyente, por su capacidad para sacar lo mejor de cada persona, por su exquisito tacto en el trato a los demás, por su saber estar personal y también, como no recordarlo, por una creatividad, un buen gusto y un sentido estético, que hacían más hermosas cada una de las iniciativas en las que participaba. Descanse en Paz.