Pedro Muñoz cuenta desde julio de 2017 con uno de los museos «más grandes de España dedicados al Quijote». En él se pueden contemplar más de 840 piezas entre volúmenes de libros y objetos relacionados con El Quijote y Cervantes en casi todos los idiomas desde inglés, francés e italiano hasta otros muchos como flamenco, ruso, griego y finlandés. Pero en toda esa colección faltaba El Quijote en lenguaje de Braille, y ante esta carencia la ONCE se puso manos a la obra y la pasada semana entregó al Ayuntamiento de Pedro Muñoz la donación de un ejemplar de El Quijote transcrito al sistema de lectura y escritura táctil pensado para personas ciegas.    

El director de agencia de la ONCE en Alcázar de San Juan, Alberto Parra, comenta, en declaraciones a La Tribuna, que «el objetivo era completar esa valiosísima colección y al mismo tiempo dar visibilidad a la discapacidad visual en uno de los museos más importantes dedicados al Quijote». La tarea no ha sido del todo fácil, pues cualquier transcripción al Braille «supone incrementar el volumen del ejemplar entre un 30 y un 40 por ciento más», por lo que «tan solo se ha transcrito una parte». De lo contrario,  su traducción total, argumenta, «supondría ocupar todo el museo». Un detalle, recuerda, que surgió a raíz de una visita de un grupo de usuarios de la ONCE al Museo: «Nos percatamos de que no se  ofrecía esta posibilidad, y decidimos paliar esta necesidad», señala al tiempo que explica que ha sido la organización la que ha corrido con los gastos de impresión y transcripción a través del servicio de la organización de facilitar la lectura a los afilados. Ahora, el reto de la ONCE es participar en la próxima edición de la lectura colectiva de El Quijote que cada año se celebra en  Argamasilla de Alba.

El Quixote Box es un lugar único, donde se encuentran ediciones exclusivas de El Quijote, de cierta antigüedad, y que hacen de este Museo una referencia cervantina en España. El Ayuntamiento de Pedro Muñoz transformó la sala de arte Malvasía de la localidad en un museo permanente para alojar esta colección donada al pueblo por los descendientes de Luis María Zunzunegui, coleccionista gran estudioso de la obra de Cervantes.