Toda una vida en guerra

Agencias
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Los niños no conocen la paz en un país que lleva 18 años sumido en un conflicto bélico sin un final cercano

Toda una vida en guerra - Foto: MOHAMMAD ISMAIL

Un país en guerra. Esta es la única realidad que han conocido desde su nacimiento todos los niños de Afganistán, que vive un conflicto bélico desde que a finales de 2001 Estados Unidos y sus aliados lanzaron su ofensiva para derrocar a los talibanes que gobernaban entonces el país. 

Han pasado ya más de 18 años, por lo que cualquier menor de edad todavía no sabe lo que es vivir en paz y más de 20 millones de pequeños se despiertan a diario «con temor a los disparos o las bombas y a ser asesinados o mutilados en la calle, en sus casas o en las escuelas», según denuncia Save the Children.

La ONG apunta que más de 12.500 chavales murieron o perdieron alguna parte de su cuerpo por las explosiones entre 2015 y 2018, y 274 fueron reclutados para funciones de combate o apoyo. En la actualidad, más de 3,7 millones de niños afganos no van a la escuela, el 60 por ciento de ellos niñas, y en 2018 al menos 700 colegios tuvieron que cerrar debido a la violencia. 

Toda una vida en guerraToda una vida en guerra - Foto: S. SABAWOONPor otra parte, aproximadamente 3,8 millones de pequeños necesitan asistencia humanitaria, 600.000 de los cuales sufren de desnutrición aguda severa, lo que pone en riesgo sus vidas. Ante esta situación, 280.000 personas han tenido que abandonar este año sus hogares, más de la mitad menores. 

"Imagínese cumplir 18 años sin haber conocido nada más que conflictos y guerras durante toda su infancia y años de formación", lamenta el director de la ONG en la nación asiática, Onno van Manen. "La vida en Afganistán significa vivir con el miedo diario a las explosiones, faltar a la escuela porque es demasiado inseguro y no saber si los miembros de tu familia llegarán a casa", subraya. 

Van Manen denuncia que "la violencia ha sido especialmente alta en los últimos meses", ya que «solo en agosto, una media de 74 personas fueron asesinadas cada día".

 

Toda una vida en guerraToda una vida en guerra - Foto: S. SABAWOONPreocupante resiliencia

El personal de la organización está en contacto con menores que no van al colegio y trabajan en las calles para ayudar a sus familias a llegar a fin de mes. Muchos de ellos, además, se han visto desplazados por el conflicto. Como resultado de todo ello, sufren graves problemas mentales tras la pérdida de seres queridos o porque han visto cosas terribles a lo largo de su corta existencia. 

"Resulta muy preocupante ver que los niños y las niñas están acostumbrados a estos niveles de violencia", reconoce Van Manen, que destaca que "han desarrollado una gran resiliencia, pero ningún niño debería acostumbrarse al sonido de explosiones o helicópteros de ataque". "Deben estar protegidos y sentirse seguros para ir a la escuela y trabajar hacia un futuro", reclama. 

Así las cosas, Save the Children ha exigido a las partes beligerantes que hagan todo lo que esté en su mano para detener el asesinato y la mutilación de menores, así como que se ajusten a las leyes y normas internacionales, lo que incluye asegurarse de que las escuelas y los hospitales no sean objetivos bélicos. 

"Es hora de detener esta guerra contra la infancia. Debe haber una investigación independiente con el objetivo de responsabilizar a los perpetradores", puntualiza el responsable de la ONG, que sostiene que "la comunidad internacional no debe olvidar a estos niños, que necesitan urgentemente apoyo físico y psicológico para recuperarse y apoyo educativo para reconstruir sus vidas". "Tienen derecho a hacerlo con seguridad sin temor a sufrir más daños", zanja.