Vuelta parcial a las clases en los institutos, aunque con muchos matices. Esta semana han empezado a gotear algunos alumnos por los centros educativos, de segundo de bachillerato y de últimos cursos de ciclos formativos. La festividad de Alarcos y las evaluaciones han retrasado la organización de estas clases y algunos no comenzarán hasta el próximo lunes, pero ya ha habido algún ejemplo de lo que la nueva normalidad depara en las aulas.
Alberto Zamora, de 22 años, fue uno de los alumnos que presentó ayer su proyecto final para convertirse en técnico superior en Enseñanza y Animación Sociodeportiva (TSEAS) en el IES Hernán Pérez del Pulgar. Les habían ofrecido la posibilidad de hacerlo telemáticamente, pero él ha preferido la modalidad presencial. «Vivo al lado y me costaba menos», comenta, al tiempo que asegura que «no tenía miedo, realmente, teníamos protección y he visto los procedimientos adecuados». Distancias más que garantizadas (estuvieron tres personas en un aula), gel hidroalcohólico a disposición y uso de mascarillas. La misma sensación tenía Rodrigo Juárez, de 21 años, que no considera «paranoico ni creo que esto sea una tontería», valora, «así que llevaba mascarilla y manos desinfectadas». El director del centro, Juan García, coincide en que no ha supuesto ningún problema porque «al ser pocas personas, se garantizan las distancias» e incluso algunos han prescindido de mascarilla para poder entenderse mejor.
Rodrigo tenía claro que prefería la modalidad presencial: «Es más sencillo evaluar y a mi puesta en escena le venía mejor estar de cara al público», explica. Ambos están a falta de esta nota para titular, pero les queda la espinita clavada de no haber podido hacer las prácticas. «Pierdes la experiencia, no entras en la rutina del resto de la plantilla y no tienes la posibilidad de quedarte», se queja Rodrigo.
También ha recibido esta semana algún alumno el IES Maestre de Calatrava. Su directora, María del Mar Cámara, ha organizado horarios de 2 horas en semana para Bachillerato y una semanal para los ciclos, porque tiene una quincena de grupos. No obstante, considera que va a ser usado «en casos muy excepcionales porque el seguimiento telemático ha sido bueno y porque gran parte de su alumnado vive fuera de la capital. Han reservado los jueves para orientación, para dar «apoyo emocional». En el resto de niveles, el proyecto Carmenta les ha hecho fácil la adaptación, aunque cree necesario priorizar la presencialidad el próximo curso «por cuestiones psicológicas, al no ver a los profesores ni a los compañeros».
Entre los que empiezan el próximo lunes están los centros Hermano Gárate y Nuestra Señora del Prado-Marianistas, que ya registraban peticiones a finales de esta semana. Julián Sánchez, director de Hermano Gárate, avanza que impartirán una «especie de cursillo para preparar la EvAU toda la semana, con cita previa, unas cuatro horas de lunes a viernes para grupos de máximo 10 alumnos, a demanda, con atención a Matemáticas, Física, Química y Biología. En cuanto a los ciclos formativos, el contacto estrecho y diario con sus profesores ha hecho innecesaria la actividad presencial.
Marianistas tiene tres grupos de segundo de bachillerato y han habilitado las mañanas de lunes y martes para las clases presenciales, pero podrían ampliar. «Planificaremos en función de lo que necesiten», comenta el director, Javier Poncela. Hay otros centros que no han recibido ninguna petición aún, como el IES Torreón del Alcázar, según su directora, Lola Sánchez. «Hemos mantenido el contacto de forma digital y creo que seguirían pidiendo el contacto directo con sus profesores», considera.