"Sor Juana estaría al frente del movimiento #metoo"

M. Sierra
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María Adánez, se convierte en sor Juana en el espacio radiofónico de RNE que ha tomado el Corral de Comedias en los primeros días de la semana

"Sor Juana estaría al frente del movimiento #metoo"

María Adánez se convertirá este noche nuevamente en la voz de sor Juana Inés, en el Festival de Almagro, que estrenaba ayer Sor Juana, con el favor y el desdén. En la voz porque en realidad  el espectáculo que protagoniza es un espacio sonoro teatral sobre la dramaturga, que tendrá el Corral de Comedias como escenario,  que para la ocasión, y gracias a la radio, por una noche, abrirá su puerta a miles de espectadores.   

Dice la madrileña, que lo más difícil de esta propuesta es concentrar toda la actuación en la palabra, olvidarse del cuerpo. La magia del teatro llega hasta ese extremo y ella es alguien que conoce muy bien este mundillo, en el que empezó cuando tenía seis años en la película Mar Brava;  con 7, hacía Casa de muñecas, en la versión de Ana Diosdado. Ya apuntaba maneras. Hoy   suma 43 años y viaja con un currículum más que cargado de experiencias en cine, teatro y televisión, donde ha participado en algunos de las series más conocidas de los últimos años, la último Amar es para siempre, con la que llegó a los hogares de los españoles convertida en Charo Ponce. Y eso que como ella asegura llegó a esto por casualidad, aunque también es verdad que más que cuándo llegó lo importante es que un día decidió quedarse a pesar de una «timidez» que afirma le sigue acompañando,  pero que sabiamente deja a las puertas de cualquier papel, estos días, a la puerta del Corral.  

¿Hoy vuelve a meterse en el papel de sor Juana, conocía a la autora?

La verdad es que no. Conocía su mítico poema de ‘Hombres necios...’ pero no conocía ni su obra, ni su personalidad. A través de esta ficción  me ha interesado muchísimo porque he descubierto una mujer con mucha personalidad, con mucha fuerza en un mundo muy opresivo donde, como ocurre siempre, para hacerse un hueco hacía falta mucha fuerza y temperamento. La verdad es que creo que lo de meterse a monja precisamente respondía más a su necesidad de que la dejaran tranquila, que a su devoción por Dios.  Creo que se encerró para encontrar la libertad y poder seguir estudiando y desarrollándose. Esta mujer sabía de todo, era como «un Leonardo Davinci». 

¿Con qué características de sor Juana se quedaría?

Me quedaría con su fuerza, con ese tesón, con su manera de creer en sí misma. Con ese carácter. Ahora esa lucha por la libertad nos puede parecer de lo más normal, pero es que estamos hablando de 1636. Es un milagro que existieran mujeres como ella. 

¿Estaría a favor del movimiento #metoo?

Estaría la primera encabezando todas las manifestaciones y todas las pancartas, era una gran defensora de la mujer y de la libertad. 

¿Cómo se prepara un personaje para una representación radiofónica? 

Estoy en muy buenas manos. El equipo de Benigno Moreno y eso te facilitada el punto de partida. La mayor dificultad ha sido no meter el cuerpo en el personaje, dárselo todo a la palabra, desde esa quietud que supone estar detrás de un atril. Me siento como un instrumento de toda una sinfonía que hacemos posible todos los actores y que se completa con el trabajo sonoro de Benigno y Mayca Aguilera.    

No es su primera vez en Almagro

No, la primera vez vine con La escuela de la desobediencia, una producción de Andréa D’Odorico, a partir de un texto original de Paco Becerra. Estuvimos en el Municipal. 

Y entre aquello y esto ha conseguido sentir esa magia de la que hablan las compañías que viajan al festival . 

Sí, me encanta venir al Festival, este domingo estuve viendo El castigo sin venganza de la Compañía Nacional y realmente me parece que en un lugar tan señorial como Almagro se de durante un mes todo este teatro es tan emocionante y bonito que me sigo emocionando. 

En la representación de la Nacional, no pasó inadvertida, fuimos testigos  ¿Le cansa un poco este tipo de fama? 

No la vivo mal porque al final es mi público y yo vivo de contarles historias. Por eso, cuando la gente se me acerca con cariño y respeto, me siento muy agradecida. Intento llevarlo de una manera bastante natural. Pero sí que es verdad que estoy muy en contra de cómo ha cambiado este mundillo a raíz de las nuevas tecnologías que han favorecido que estemos constantemente expuestos. Hay gente que te pidan fotos sin ton ni son a cualquier hora sin darse cuenta de que nosotros también tenemos días malos y sencillamente queremos disfrutar de un poco de intimidad. Cuando te ocurre algo de eso y les dices que prefieres no hacerte esa foto, la gente se lo toma mal. Las redes sociales, nos han complicado la vida y el derecho a la intimidad.  

Empezó con seis años, con Mar Brava. ¿Por qué?

Por casualidad. Mi familia tenía un amigo, Jorge Herrero que era una operador de cine, conocido en la época por los programas de Félix Rodríguez de la Fuente y cuando quiso hacer una película y necesitaban una niña de seis años, el pensó en la hija de Paca y Luis, aunque nunca entendí  por qué, porque yo siempre he sido muy tímida. A mí me encanta interpretar, pero cuando bajo del escenario soy yo. 

¿Qué hace cuando no actúa?

Soy bastante sencilla, me gusta mucho leer, estar relajada en casa con mi chico, viajar. Me refugio en las cuatro paredes de mi casa con libros, mis amigos y mi familia. Con 43 años que tengo sigo un poco anclada en esa tranquilidad, me sigue gustando actuar, pero cuando termino me gusta convertirme en una ciudadana más. 

¿Y sobrepasar la barrera de los 40 ha supuesto algún problema?

No en el teatro, porque ahí tenemos personajes femeninos con mucha fuerza. Pero en el mundo audiovisual no. Aunque las cosas están cambiando. El otro día me alegró ver un artículo sobre Candela Peña que está triunfando en A hierro mata, y que decía que en Hollywood las mujeres de cuarenta y tantos son las grandes protagonistas de las series. Estamos viviendo ese cambio.