Los mejores de la Evau se quedan en casa

HIlario L. Muñoz
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Raúl Barba y Macarena Moraga tienen el expediente con mejor nota de la provincia al sumar Bachillerato y Acceso a la Universidad. Ambos podrían estudiar donde quisieran pero han decidido seguir en la UCLM

Los mejores de la Evau se quedan en casa - Foto: Tomás Fernández de Moya

Jugar en casa siempre supone la ventaja de conocer el ambiente y de tener a tu favor la historia de tu entorno para desarrollar los planes y soñar con el futuro. A esto apelan los mejores expedientes de la provincia cuando se les pregunta por su futuro. Son Raúl Barba, con una nota de 10 en Bachillerato y de 9,9 sobre 10 en la Evaluación de Acceso a la Universidad, y Macarena Aguilar, también 10 en el instituto y con un 13,8 sobre 14 en la Evau. Uno y otro podrían elegir estudiar en cualquier universidad española, tienen nota para ello, pero han decidido seguir en Ciudad Real, en la Universidad de Castilla-La Mancha y contar con el ánimo de sus padres para que sus brillantes expedientes no se queden en una anécdota de sus vidas sino que sean los cimientos con los que construir sus carreras profesionales.

En la pasada selectividad aprobaron 2.007 estudiantes la selectividad, solo hubo 83 suspensos, en la provincia de Ciudad Real, y los mejores expedientes son los de Barba y Moraga. «No era algo que esperase, cuando hice los exámenes sabía que habían salido bien pero no esperaba tanto. Estoy orgullosa por el trabajo que he hecho», dijo Moraga. «Es un logro muy colectivo gracias a que tengo un equipo de profesores espectacular y todos luchando hemos conseguido esto», apuntó Barba, en un comentario que repite su compañera al destacar que se trata de unas notas imposibles sin el apoyo de sus profesores. Él estudió en el colegio hermano Gárate y ella en el Hernán Pérez del Pulgar.

«Siempre quería quedarme aquí porque estar en tu casa te ayuda», comenta ella, que reside en Picón y sabe lo que es levantarse un rato antes para coger el autobús e ir a clase todos los días. «Mi madre se encarga de todo, vas y solo te tienes que preocupar en estudiar y a lo mejor si me fuera tendría que pensar en organizarme y eso afecta». Se trata, por lo tanto, de mantenerse entre los mejores estudiantes de la provincia. «Mi vida la tengo aquí y a corto plazo no querría cambiarlo», argumenta Raúl Barba.

vida y apoyos. La vida de dos personas de diez se basa en «mucho estudio y mucha constancia todos los días», señala la joven, quien recuerda que se trata de hacer un trabajo diario «para lograr esa nota». «Más que talento se necesita esfuerzo y constancia», suma Barba. El tiempo de estudio en ambos casos es de unas cinco o seis horas todos los días. «No se trata de llegar a segundo Bachillerato y estudiar muchas horas sino de hacer una curva de aprendizaje e ir haciéndolo bien», dijo el estudiante.

Tras estas situaciones hay una vida con un ocio distinto al de los demás, sin ir mucho al cine, ver series o ponerse delante del ordenador a navegar por Youtube. «Yo mi tiempo libre lo gasto en ir a la banda de Picón, porque estoy en ella, y acudo a las clases de flauta o a los ensayos», dice Moraga. «El poco tiempo libre que saco lo empleo en jugar a algún vídeojuego y escucho música para descansar el cerebro», argumenta Raúl Barba, algo que realiza «entre hora y hora de estudio». «El secreto es no hacer aquello que haga que pierdas mucho tiempo», exponen. No se trata ni de ver la televisión o navegar o salir de paseo, sino evitar aquello que provoca perder el tiempo y desviarse del camino del estudio.

Este trabajo muestra que en una región como Castilla-La Mancha, muchas veces señalada por los datos de fracaso escolar, pueden surgir estudiantes excelentes en los que a su esfuerzo se suma la responsabilidad de su familia. «Alguna vez, si te das por vencido en alguna cosa, es importante que tu familia te apoye y recuerde la meta a la que quieres llegar». «Hay personas claves y en mi caso me han enseñado a ser competitivo, conmigo mismo, no respecto a los demás y eso me ha llevado muy lejos». El segundo apoyo clave es la motivación que reciben por parte de sus centro educativos, ya que «los profesores no son solo profesores sino que están apoyando en el día a día» y «de forma global».