Padres de los menores que acusan al excura relatan su dolor

Pilar Muñoz
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El testimonio ante el Tribunal de la Audiencia ha sido una descarga de sentimientos ahogados desde que se enteraron que sus hijos habían sido víctimas de abusos sexuales

El juicio se celebra en la Audiencia, a puerta cerrada, sin acceso a periodistas y cámaras . - Foto: Tomás Fernández de Moya

Fue un momento duro para los padres de los nueve menores que fueron presuntamente víctimas de abusos sexuales por parte del entonces sacerdote formador del Seminario de Ciudad Real donde cursaban estudios de ESO, pero también una descarga de sentimientos ahogados, reconoció ayer el abogado Rodrigo García, que ejerce la acusación particular en representación de las familias de tres de los  menores afectados.

El letrado hizo estas declaraciones al término de la tercera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Ciudad Real y en la que subieron al estrado los padres de los nueve menores.  Todos, testigos de referencia, «han ratificado la versión de sus hijos», aseguró el abogado Rodrigo García.

Aunque el juicio se está celebrando a puerta cerrada para preservar la identidad de los menores, han transcendido algunos aspectos del proceso. Ayer por ejemplo se pudo saber que algunos padres se emocionaron durante su testimonio y a otros les costó continuar hasta el punto de que la presidenta del Tribunal propusiera hacer un receso para que se serenaran consciente del difícil momento que estaban pasando. Pero prefirieron continuar, acabar cuanto antes y no tener que volver a relatar los hechos, los que le contaron sus hijos o terceras personas respecto a los abusos sexuales a los que presuntamente les sometió el hoy excura (ha sido secularizado), cómo se enteraron o cómo han vivido todo el proceso desde la denuncia a primeros de 2016. Los padres «han estado firmes, dan credibilidad a sus hijos», afirmó Rodrigo García tras subrayar que fue una jornada «dura para los padres» y también «muy emotiva» por sus testimonios.

De su lado, Francisco Maroto Granados, abogado del exsacerdote encausado, sólo reiteró ayer su «total convencimiento» de la inocencia de su cliente sin querer entrar en detalles porque el juicio está siendo a puerta cerrada.

Pedro Jiménez, que ya fue juzgado y sentenciado por el Tribunal Eclesiástico, no ha hecho declaración alguna a los medios ni tampoco ha tratado de ocultar su rostro ni entrar o salir por otra puerta. Acepta con resignación ser fotografiado por la prensa al entrar en la Audiencia sin un mal gesto. El primer día se declaró inocente y dio una explicación de «todos y cada uno de los aspectos formulados» por las acusaciones.

Hoy está previsto que suban al estrado en calidad de testigos sacerdotes del Seminario de Ciudad Real, responsables de esta institución, compañeros del excura y personas vinculadas a la formación de los seminaristas. La sesión está previsto que comience a las diez de la mañana.