Siete municipios, en alerta por la presencia de la galeruca

Ana Pobes
-

Daimiel, Manzanares, Membrilla, Torrenueva, Miguelturra, Porzuna y Valdepeñas detectan la presencia de este insecto en algunas parcelas de pistachos, por lo que se recomienda vigilar las plantaciones

Sara Rodrigo Gómez - Foto: Sara Rodrigo Gómez

El Centro de Investigación Agroambiental El Chaparrillo alerta de la aparición de la galeruca o escarabajillo en algunas de las parcelas de pistachos de al menos siete municipios de la provincia. En concreto, en los últimos días ha hecho acto de presencia en explotaciones pistacheras de Daimiel, Manzanares, Membrilla, Torrenueva, Miguelturra, Porzuna y Valdepeñas. Por ello, se recomienda a los agricultores vigilar las plantaciones para detectar la aparición o el daño de este insecto (labidostomis lusitanica germar) muy voraz que puede llegar a devorar toda la hoja dejando intacto solo el nervio principal.

Su periodo de actividad, comentan desde El Chaparrillo, es de apenas un mes de primavera (abril-mayo hasta mayo-junio) y en el pistachero los ataques suelen empezar en los árboles del borde de las parcelas alimentándose  de las hojas más tiernas, por lo que tienen preferencia por los árboles jóvenes. «Cuando el árbol es adulto apenas se aprecian los daños, es únicamente en las plantaciones más jóvenes donde se detectan los mayores problemas, aunque normalmente vuelven a brotar sin problema», argumentan. Un hecho que constata también Antonio José Alcolea, un joven agricultor de Socuéllamos que desde hace tiempo cultiva pistachos, y quien asegura que en los últimos años ha percibido que la población de este insecto es cada vez mayor. Muestra de ello, argumenta, es que en las plantaciones de los años 2012, 2014  y 2015 «no tuve que tratar la galeruca» pero a partir del año 2016, «este insecto empezó a atacar», lamenta.

Para la eliminación de la plaga se recomienda sacudir manualmente las ramas, preferentemente a primera hora de la mañana o a última de la tarde, cuando están menos activos, y recoger los adultos de clitra para su posterior eliminación. Y es que, «muchos agricultores optan por el control manual de la plaga, ya que al estar focalizada, a veces resulta el método más eficaz», declaran las mismas fuentes del Centro de Investigación Agroambiental, quienes señalan además que no se debe olvidar eliminar también las puestas de huevos que aparecen junto con los adultos en las hojas de los árboles con el objetivo de intentar reducir las poblaciones del año siguiente.

Problema, en lo ecológico. Pero el principal problema se encuentra en el tema ecológico. Hasta el momento, la única materia activa autorizada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para el control de la galeruca es lambda-cihalotrin pero no está autorizada en producción ecológica, por lo que actualmente el Centro de Investigación Agroambiental El Chaparrillo, adscrito al Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (Iriaf), está llevando a cabo un proyecto piloto de innovación en el que se trata de buscar estrategias de control alternativas en la producción ecológica, y en el cual está incluida esta plaga. «Estamos realizando varios estudios con sustancias repelentes o atrayentes para utilizar en trampas y que puedan ampliar las opciones de lucha para los agricultores». El proyecto está confinanciado por el ministerio, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y los fondos Feader. Y es que, «en el tema ecológico es mucho más complicado combatir porque no hay productos cien por cien eficaces o con eficiencia alta», insiste también Alcolea, quien recuerda que la población de la galeruca va creciendo cada año al tiempo que aumenta la superficie de pistacho. «Este insecto ha estado siempre, pero al tener más para comer se reproduce más», argumenta.