Cuidados, aire y sueños

Hilario L. Muñoz
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La enfermería muestra su fuerza de análisis con unos estudios para mejorar el desarrollo de la espirometría, una prueba de capacidad pulmonar, y un análisis de las posibilidades de llevar la sanidad en los colegios que Satse ha premiado

Cuidados, aire y sueños - Foto: Pablo Lorente

El papel de la enfermería es un elemento que busca aunar los cuidados, en el concepto más amplio de esta palabra, tratando de unificar criterios, protocolos y atenciones a través de la investigación y de la reflexión sobre las rutinas del día a día en los hospitales y los centros de salud. Se trata de una labor que los profesionales realizan dedicando horas y esfuerzo, la mayoría de las veces, en la forma de tiempo fuera del trabajo, y que cada año premia Satse durante la celebración de su Congreso de Investigación. En la XI edición, el Sindicato de Enfermería optó por premiar dos trabajos que muestran los caminos distintos que sigue esta investigación de cuidados, ya que, por una parte, dio el primer premio a un estudio sobre cómo se puede hacer más cómoda, sin perder efectividad, a través de la espirometría y, por otro, el sueño de un estudiante sobre qué podría hacer la enfermería si entrase en las aulas, como las organizaciones llevan años reclamando.

En el primero de estos estudios la idea era tan sencilla como ver «si la pinza nasal resultaba imprescindible a la hora de hacer una espirometría», explicó Begoña Villanueva, enfermera del servicio de Neumología del Hospital General Universitario de Ciudad Real, encargado del estudio y que logró el mayor reconocimiento de Satse este año. Su título es Fiabilidad en la realización de las espirometrías, sin el clip nasal y tras él hay un estudio científico sobre los resultados que se obtienen si se realiza la prueba con un elemento que tapa la nariz o sin él. «Hay veces que el paciente, cuando le pones la pinza se le escurre o se le cae y está más preocupado de ponérsela que de hacer la misma prueba en sí», explicó Villanueva. Por este motivo, un día el doctor Martínez Conde, les dijo «que no pasaba nada, que a él le valía la prueba sin pinza». De esta frase surgió la duda, es decir, si estaban haciendo más incómoda una prueba que consiste en soplar hasta vaciarse de aire para conocer así la capacidad pulmonar de una persona.

Ana Rivero, María Teresa Triguero, Lucía Díaz, Ana Nieves y Carmen Martínez comparten firma en el estudio con Villanueva ya que entre todas se pusieron manos a la hora y buscaron realizar el máximo de muestras. Para ello, de forma aleatoria han ido seleccionado pacientes a los que les realizaban bien la prueba con pinza o bien sin pinza y a los cinco minutos se les repetía de la otra forma. «El paciente cuando entra por la puerta, le explicábamos que estábamos haciendo un estudio» lo que implica contar con sus datos y rellenar un cuestionario para saber si se ha puesto inhaladores o hecho deporte antes de la espirometría. «La muestra inicial es de 47 analizados pero queremos ampliarla», expuso Villanueva, quien recordó que, por el momento, el análisis se ha realizado solo en una consulta, lo que conlleva mucho tiempo de dedicación para cada uno de los datos conseguidos.

Para el equipo que ha ganado el galardón de Satse es «un orgullo que reconozcan el trabajo realizado» y que estaba pensado para tener «la tranquilidad de pensar que los valores que se van a obtener en la prueba son creíbles», indicó.

 «Al final este estudio aporta un grano de arena en lo que es la báscula de la evidencia científica», explicó el responsable de Investigación de Enfermería en el Hospital General Universitario de Ciudad Real, Rubén Bernal, quien recordó que el estudio implica unas comodidades al realizar una técnica diagnóstica a personas con necesidades concretas. Además, el desarrollo de este estudio es una prueba de que se busca que «la práctica diaria de la enfermería esté basada en la mejor evidencia científica posible», incluso en los pequeños detalles. Bernal recordó que «enfermería cada vez hace más trabajos de investigación y de mayor calidad».

Soñar en los colegios. En esa calidad de los trabajos, entra la investigación como un modo de reivindicar las posibilidades que tiene la propia enfermería. A ello enfocó su Trabajo Fin de Grado, Marta Cañavera, la ganadora del premio al mejor trabajo presentado por alumnos de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Castilla-La Mancha con su póster titulado Estudio de la obesidad infantil en España. A sus 22 años esta enfermera conoce la importancia que tiene la investigación y la posibilidad de ganar un premio como es el reconocimiento en la décima edición del congreso nacional del sindicato de enfermería.

Se trata de una investigación en la que esta estudiante plantea el modo en que se puede trabajar con los estudiantes en los centros educativos para dar hábitos saludables, una de las estrategias claves de cara al futuro. Su iniciativa «estaba enfocada a la actividad física» en un principio pero quiso darle «una vuelta y centrarla en la obesidad infantil» para remarcar el papel de la nutrición en los cuidados. En su trabajo realizó un estudio bibliográfico, para conocer las estrategias que se han desarrollado, y a partir de ahí surgió su propuesta de realizar un «un proyecto piloto», en el que se implica a los estudiantes y a los padres para que se refuerce a través de un blog y de las nuevas tecnologías.

La iniciativa está desarrollada sobre el papel con juegos de preguntas y respuestas, actividades en el patio, iniciativas en el aula para conocer la pirámide nutricional de tal manera que en cada trimestre se aprenda y se trabaje un aspecto sobre la alimentación. «Mi idea era llevarlo a cabo pero no se puede ahora mismo», apuntó la estudiante de Enfermería. «Cualquier tema de salud lo pueden desarrollar las enfermeras en los colegios», recordó, con esa idea de que no se trata solo abordar la obesidad infantil sino todos los aspectos de la salud pública desde la educación, si se lograse ese sueño tan demandado de que la enfermería entre en los colegios y en las aulas.