La Tabla periódica, 150 años de éxito

D. F.
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El catedrático de Química Analítica José Antonio Murillo Pulgarín detalla la historia de este «alfabeto de la vida y el universo»

La Tabla periódica, 150 años de éxito - Foto: Pablo Lorente

El catedrático de Química Analítica de la UCLM José Antonio Murillo Pulgarín destacó ayer el indudable éxito de la Tabla Periódica de los Elementos, formulada por primera vez hace 150 años por el científico ruso Dimitri Mendeleiev, un plazo al que muy pocas teorías científicas, fórmulas o experimentos han sido capaces de resistir sin variaciones sustanciales.

Murillo Pulgarín fue el ponente invitado ayer al ciclo de conferencias ‘Ciencia para todos’, organizado por la Asociación de Amigos del Museo de Ciudad Real, con una charla sobre ‘La curiosa historia de la Tabla Periódica’.

En una conversación con La Tribuna minutos antes de comenzar su conferencia, el profesor de la UCLM explicó que la tabla «es una ordenación sistemática de los elementos químicos, es como el alfabeto de la Química; si a través del alfabeto somos capaces de formar palabras, frases e incluso escribir libros como El Quijote; con los elementos ocurre lo mismo, los químicos somos capaces de formar moléculas y si organizamos adecuadamente las moléculas tenemos, la vida y el universo, con lo que la Tabla Periódica es el alfabeto de la vida y el universo».

Aunque la estructura de la tabla fue formulada por Mendeleiev, Murillo Pulgarín recuerda que «desde tiempos inmemoriales el hombre ha buscado una explicación a la vida y cómo se desarrolla entre nosotros», lo que le lleva a recordar el Génesis o la teoría presocrática de los cuatro elementos esenciales (aire, agua, fuego y tierra).

Con todo, desde su primera presentación con 90 elementos, la tabla ha ido haciendo nuevas adquisiciones, hasta llegar a 118 elementos después de subsanar algún error. De esos elementos que se pueden reducir a un átomo, sólo 90 se pueden encontrar en la naturaleza y el resto son sintéticos. En este sentido, el conferenciante detalla que esos nuevos elementos aparecen de forma indirecta «cuando se realizan experimentos con otro objetivo».