El exconsejero de Agricultura y Medio Ambiente y actual director gerente de Infraestructuras del Agua, Alejandro Gil, defendió ayer la gestión de la alcaldesa de Argamasilla de Calatrava, Jacinta Monroy, en el juicio que sigue en la Audiencia de Ciudad Real por un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente en relación con unos supuestos vertidos de aguas residuales al río Tirteafuera

Monroy «fue muy insistente por teléfono, mediante escritos y en reuniones personales para que se construyera una depuradora en Argamasilla de Calatrava una vez que el Estado decidió no acometer las obras a las que se había comprometido», aseguró Alejandro Gil, tratando de despejar cualquier sombra de duda sobre la gestión de la alcaldesa en materia de agua.

En la quinta sesión del juicio también subió al estrado el biólogo Guillermo García, perito igualmente de la abogada Judit Gené, que ejerce la defensa de la alcaldesa de Argamasilla de Calatrava.

La letrada, conocida por defender a la exconsellera Meritxell Borràs en el caso del procés, dejó ver más claramente su línea defensiva: la alcaldesa no ha incumplido en ningún momento sus obligaciones y el impacto medioambiental que esgrimen las acusaciones ha sido mínimo, según sus peritos.

El primero en exponer su informe fue el biólogo Guillermo García. El interrogatorio empezó poco después de las diez de la mañana y acabó a las dos menos veinte de la tarde. El perito se extendió en sus respuestas ilustrando a la Sala con sus conocimientos y bagaje profesional, que el letrado de la acusación particular Luis Javier Fernández cuestionó hasta ponerlo en tela de juicio, zanjando el asunto la presidenta del Tribunal de la Sección Primera y, por ende, de la Audiencia, María Jesús Alarcón.

En su extensa exposición, el perito biólogo aseguró que el río Tirteafuera es más un cauce torrencial que un río como tal. «No estamos en un sistema fluvial» y los vertidos están a unos 30 kilómetros de la zona de interés, dijo sobre el espacio que goza de protección, como han destacado en sesiones anteriores peritos judiciales. García admitió que efectivamente hay un espacio natural, pero reiteró que si hay un impacto por vertidos de aguas residuales es «intrascendente desde el punto de vista cuantitativo». Insistió en que el Tirteafuera «técnicamente no es un río, sino un cauce torrencial que está seco la mayor parte del tiempo». Por ello, sostuvo, que el impacto ambiental de vertidos de aguas sin depurar es «intrascendente». Explicó que «en un sistema torrencial la dilución es muy rápida, la lluvia torrencial arrastra ese vertido» y aseveró que el filtro verde es un sistema de depuración de agua eficaz tras señalar que en los años ochenta fue un proyecto innovador. El perito biólogo indicó a la Sala que visitó la zona con los técnicos del Ayuntamiento de Argamasilla de Calatrava y pudo constatar que generan «cincuenta veces más residuos Almodóvar o Puertollano».

También echó por tierra los informes de los peritos judiciales y del forense respecto a las infecciones por E. coli que han sufrido algunos denunciantes. «Esta bacteria está en todas partes». Las acusaciones insistieron en esta tesis y preguntaron sobre si los animales pudieran haber resultado afectados, a lo que el perito respondió: «Por suerte son los que menos se ven afectados cuando hay una contaminación de este tipo porque no son tontos y no van a allí a beber».

Un ganadero citado por la defensa también negó la existencia de vertidos residuales y daños.

El exconsejero hizo «un poquito» de historia por estimarlo relevante y explicó que la solución para el tratamiento final de las aguas residuales de Argamasilla de Calatrava se remonta a 2011. Hubo un cambio en el Gobierno de Castilla-La Mancha y se paralizaron todas las actuaciones: 157. «Los ayuntamientos no podían financiar estas obras», recalcó en defensa de Monroy, quien ha logrado al final que el proyecto sea una realidad.