Las Tablas reciben 14 trasvases desde 1988

Ana Pobes
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La última vez que el parque nacional recibió un trasvase fue en 2009. En los últimos años, el parque ha sobrevivido gracias a los pozos de emergencia, que se han activado este ejercicio y en 2020

Las Tablas reciben 14 trasvases desde 1988 - Foto: Rueda Villaverde

El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel pide una vez más agua. El humedal manchego permanece seco y la falta de precipitaciones lo han convertido en una selva de carrizo. El turista que se acerque al parque verá dos caras; una zona inundada de forma artificial, y el resto, lagunas secas invadidas por plantas donde el ecosistema acuático ha desaparecido. Solo hay agua en unas 20 hectáreas de las más de 1.700 encharcables, y gracias al bombeo que se está realizando desde el Acuífero 23 (Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus Valdelobos), la balsa de agua situada bajo Las Tablas. 

El Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del parque establece que por estas fechas debería estar encharcado un mínimo de 600 hectáreas y unas 1.400 a principios de primavera. Pero la realidad es bien distinta. No llueve y el parque necesita agua. Para su supervivencia, de no llegar las precipitaciones, solo hay dos alternativas: un trasvase desde del Tajo-Segura o la utilización de los pozos de recarga. Alternativas que demuestran que la vida del humedal manchego depende siempre del agua, en ocasiones de la del Tajo. 

El primer trasvase llegó en el año hidrológico 1988-1989, cuando se trasvasaron 12,09 hectómetros cúbicos. Desde entonces, el Tajo-Segura ha sacado a Las Tablas de ‘la UCI’ en trece ocasiones más. El mayor volumen de aportación aprobado llegó en 1996 con 30 hectómetros cúbicos, frente al mínimo de 6,50 del año 1992. «Se trata de un volumen teórico», explica Miguel Mejías, jefe de área de Hidrogeología Aplicada del Centro Nacional Instituto Geológico Minero España-CSIC. Y es que, «de él llega al parque un porcentaje variable en función de condiciones medioambientales». Así, por ejemplo, de los 30 hectómetros cúbicos que se solicitaron en 1996 solo llegaron 15 a Las Tablas, pues hay que tener en cuenta algunos factores como «la época en la que se realizan o el tiempo que hace que no llueve». 

Las Tablas reciben 14 trasvases desde 1988Las Tablas reciben 14 trasvases desde 1988El humedal manchego está atravesando por una situación difícil debido a la sequía de los últimos ocho años, la más grave y larga por la que pasa España desde el año 1995. Eso, junto con al exceso de aprovechamiento agrícola, ha provocado que «el nivel freático del Acuífero 23 descienda, no haya aporte en los Ojos del Guadiana y no llegue agua al parque por el Guadiana, seco desde hace cuatro años». De 2020 a 2021, el nivel ha bajado como media unos 80 centímetros, aunque «vaciarlo del todo es imposible».  

Para Mejías, que ha seguido muy de cerca la vida y muerte de humedal desde hace más de dos décadas, el trasvase es la «solución menos mala» debido a «que la recuperación es mucho más rápida y efectiva». Pero el Ministerio de Transición Ecológica ha apostado en los dos últimos años por los bombeos. En 2020 los pozos se activaron en dos ocasiones, y este año se han vuelto a poner en marcha, una vez en mayo y la segunda el pasado 28 de septiembre.

Salvador Sánchez representa al CSIC en el Patronato de Las Tablas. Asegura que trasladar el mensaje de que el parque se mantiene gracias al Tajo es un «error», pues desde hace tiempo no se produce un trasvase. El último en 2009 y «se cortó antes de lo previsto con la llegada de las intensas precipitaciones». Desde entonces, el parque ha sobrevivido gracias al bombeo de los pozos de emergencia, pues asegura que «realizar un trasvase supone un conflicto político entre diferentes comunidades autónomas». «Es un agua comprometida para los regantes de Murcia, y no se la quieren dar a Castilla-La Mancha», apunta. 

Sánchez señala a la agricultura de regadío como la principal responsable de la situación por la que atraviesa el parque. «Esos que critican esa aportación extra son los que han robado el agua durante los últimos 60 años. La agricultura es la que se lleva el volumen extra de agua que realmente le correspondería de manera natural al parque, por lo que es la agricultura la que se mantiene artificialmente», argumenta. 

La lupa ha estado siempre puesta en los agricultores de la zona. En 1988 el acuífero fue oficialmente declarado sobre explotado, por lo que se establecieron limitaciones para los agricultores. A partir de entonces, ya no pudieron hacer uso del cien por cien del agua que venían recibiendo. «Cuando la administración no es capaz de solucionar algo siempre busca un culpable. Es inadmisible que se culpe al sector agrario, cuando se dedica a mantener socioeconómicamente la zona y miles de empleos», comenta Ángel Bellón, presidente de Mancha Occidental I.    

Para el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, Las Tablas miran de nuevo al Tajo, y por su supervivencia pide el trasvase para uno de los ecosistemas «más valiosos de España». Un parque «con muchos títulos» pero que de no llegar el agua teme que lleguen las sanciones de Europa por no mantener su estado, por lo que se pregunta qué plan de contingencia tiene pensado el Ministerio al no considerar el trasvase como urgente para un parque que tiene la capacidad de recuperarse de manera rápida cuando mejoran las condiciones meteorológicas.