81 años de cárcel por agresión sexual a sus hijas menores

Pilar Muñoz
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La Audiencia de Ciudad Real impuso la mayor condena de su historia por seis delitos de agresión sexual y calificó de "ignominiosos" que ahora confirma el TSJ a una de las penas más altas de los últimos años

81 años de cárcel por agresión sexual a sus hijas menores - Foto: Foto: Tomás Fernández de Moya

Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla-La Mancha ratifica la sentencia de la Audiencia Provincial de Ciudad Real que condena a un hombre a 81 años, seis meses y cinco días de cárcel por agredir sexualmente a sus dos hijas menores cuando residían en una vivienda de Villarrubia de los Ojos, en 2017. 

La Audiencia de Ciudad Real impuso la mayor condena de su historia por agresión sexual con retirada de patria potestad incluida y calificó de "ignominiosos" los actos a los que sometió a sus hijas.

El Tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Ciudad Real condenó a Stelian C., ciudadano de origen rumano, por seis delitos de agresión sexual. Su abogado recurrió en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha alegando un error en la valoración de la prueba y otro respecto a la evaluación de los informes analíticos.  En el primero de los motivos el letrado Ramón Alén aduce que las pruebas en las que se sustenta la sentencia "resultan contradictorias, ineficaces e insuficientes" para condenar al acusado. Según el abogado, las declaraciones de las menores en fase de instrucción "deben considerarse ilícitas y nulas" por "flagrante" infracción de las garantías y formas recogidas en la Ley de Enjuiciamiento Criminal y por los principios constitucionales de seguridad jurídica, defensa y tutela efectiva. El letrado arguye que ante la Guardia Civil no estuvieron asistidas de letrado ni se les informó de la dispensa legal: acogerse al derecho de no declarar, en este caso contra su padre.
El segundo motivo que esgrime en el recurso de apelación es un supuesto error en la valoración de la prueba válida, esto es, en los informes sobre restos biológicos del acusado hallados en el cuerpo y ropas de una de las menores. En este sentido, pone en tela de juicio la cadena de custodia.
Respecto a las contradicciones, la sentencia desgrana los motivos por los que considera que la declaración en el juicio, exculpatoria a favor del padre, "viene movida por un sentimiento de culpabilidad ante el encarcelamiento paterno y como remedio a esa situación". Además, se resalta, que la menor reconoce en el plenario que quiere perdonar a su padre. La chica "no trató en modo alguno de exagerar u ofrecer excesos incriminatorios, antes bien ofrece un relato objetivo, preciso y firme".

Las pruebas biológicas (semen en la ropa de la niña y de saliva del padre) revelan la existencia de relaciones más allá del mero afecto paternal.

Los magistrados fundamentan con detalle las razones por las que se desestima el recurso. El TSJ considera que la condena del procesado por las agresiones sexuales contra su hija menor se sustenta en "prueba de cargo válida, interpretada conjunta y racionalmente" y que "desvirtúa la presunción de inocencia".
Por ello, el Tribunal Superior de Justicia ha rechazado el recurso de apelación al entender que no concurre error en la valoración de la prueba practicada.

Abusó de su hija de 15 años, quien se levantó llorando y se fue a la cocina, momento que aprovechó el acusado para quitar la ropa a su otra hija y abusar también de ella.

Las menores, según juzga acreditado el Tribunal, en ningún momento mostraron conformidad ni consentimiento con los tocamientos, es más «lloraban ante la actitud de su padre», pero estaban «amedrentadas» por éste en cuanto que las amenazó diciendo que si decían algo las pegaría y mataría.

Los hechos se repitieron y el 27 de abril de 2017, cuando la madre había regresado de Rumania con el fin de celebrar el cumpleaños de una de sus hijas, el acusado le dijo a la menor que «la iba a hacer suya» antes de que cumpliera los años. La tarde del 3 de mayo de 2017 la obligó a subirse al coche, propinándole varios golpes con el puño en el costado, y la llevó a un paraje alejado donde llevó a cabo su amenaza. La chica se resistió, vómito, pero no consiguió que su padre desistiera y la violó. Al regresar a la vivienda le dijo que si decía algo de lo ocurrido la iba a matar a ella, a su hermana y a su madre y las iba a cortar en trocitos.

La menor se desdijo en el juicio celebrado el pasado abril, exculpó a su padre, pero su hermana fue contundente: abusó de ellas y las agredió sexualmente. Las pruebas médico forenses corroboraron el testimonio de la menor.

Los restos hallados en zonas de su cuerpo, ropa y también en la cremallera del pantalón del padre le han incriminado y han acabado condenándole.