«Preocupa saber cómo se va a afrontar la subida de la luz»

Hilario L. Muñoz
-

Aunque Concepción Aranguren es natural de San Sebastián ha desarrollado su vida profesional y familiar en Ciudad Real, donde reside desde hace casi 30 años. Desde el 1 de julio es la nueva directora de Cáritas Diocesana de Ciudad Real.

«Preocupa saber cómo se va a afrontar la subida de la luz» - Foto: Tomás Fernández de Moya

¿Hasta qué punto ha afectado la pandemia a la labor de Cáritas?

En Cáritas la acogida siempre ha estado abierta y disponible para cualquier persona que lo haya necesitado, independientemente del momento socioeconómico que se haya atravesado, y así se seguirá haciendo. Cuando hablamos de crisis, a veces no somos conscientes de que muchas personas y familias están permanentemente en crisis, y que anterior a la crisis del coronavirus, había familias con situaciones de pobreza cronificada y pocas alternativas de futuro. Sin duda el coronavirus ha golpeado a muchas familias que han perdido sus empleos de manera temporal o definitiva; Cáritas ha acompañado a muchas de ellas y los que sigan necesitando apoyo lo tendrán, tal y como lo venimos haciendo. También nos está preocupando cómo van a poder afrontar muchas familias las continuas subidas de la luz, el incremento del precio de los suministros y el encarecimiento que ya se empieza a ver en algunos productos de alimentación. Esta situación, unida a la falta y a la dificultad de acceso a distintas prestaciones sociales, va a llevar a muchas familias a situaciones de vulnerabilidad y exclusión social

¿Cómo se espera que sea la salida a la crisis actual? 

La opción por los pobres y el servicio a los pobres es nuestro reto permanente, sin importar la situación que se viva en la sociedad. Hay periodos convulsos, como el que acabamos de pasar o estamos pasando, que notamos el incremento de personas que vienen a llamar a nuestras puertas porque sufren una situación difícil. Nuestro trabajo siempre ha sido el mismo: tender la mano aquellas personas que nos necesitan. Sí es cierto, que es necesario renovar la acción atendiendo a las nuevas necesidades que pueden ir surgiendo, siempre desde un acompañamiento técnico y espiritual. Salir al encuentro de las personas que, estando en situación de pobreza, no son atendidas por las Administraciones públicas u otras entidades.

En las últimas comunicaciones de la organización se habla de la necesidad de recuperar el voluntariado presencial. ¿Qué implica para la entidad esta presencialidad? 

El voluntariado para Cáritas es el pilar básico e insustituible de su acción social, a través de ellos Cáritas realiza la acción social a través de sus 12 programas. Nuestro voluntariado ha estado presencialmente en un 33% durante la pandemia, apoyado por los técnicos de Cáritas. Las medidas del estado de alarma en el confinamiento indicaron que se retirasen las personas mayores de 60 años, esto supuso quedar inactivos el 66% de los voluntarios. Progresivamente se han ido incorporando y están volviendo a los proyectos. A esto ha ayudado la vacuna y la menor incidencia del virus. 

Una de las propuestas que avanza con su dirección es la de centrarse en la dignidad de las personas. Con acciones como la tarjeta para que sean los ciudadanos quienes adquieran los bienes, sin que haya una donación en especie. ¿Cómo ha sido la adaptación de este proyecto?

Todavía estamos en fase de implantación. La aceptación es buena porque damos la libertad de elegir lo que van a comprar, lo que quieren comer. Habrá un seguimiento y una formación para hacer ver cuáles son sus prioridades o necesidades. En Cáritas tenemos como centro de nuestra atención a la persona y para ello tenemos que acompañarla con la mayor dignidad posible, no es sólo qué hacemos, sino cómo lo hacemos. Para nosotros la dignidad es una de las claves de nuestra intervención y por ello tenemos la misión de posibilitar la autonomía, la capacidad de elección y la decisión. Trabajar en esa línea no permite que las familias puedan elegir, teniendo que adaptar su alimentación a los productos que les dan, sin tener en cuenta sus gustos, costumbres culturales o necesidades de salud. Además, las personas corren el riesgo de desaprender y dejar de tomar consciencia de la administración de su presupuesto familiar, favoreciendo de este modo la pérdida de autonomía personal. Actualmente se ha empezado a trabajar con las tarjetas con algunas familias de Manzanares y Almagro, para ver su aceptación y valorar si hay que ajustar algunas cuestiones. Para finales de este año o principios del año que viene serán más las Cáritas que las utilicen.

Un segundo aspecto es el ropero, ¿de qué modo influye que elijan su ropa en moda -Re?

La apuesta de Cáritas por transformar la gestión de la ropa usada que tradicionalmente se ha venido haciendo a través de los roperos supone cambiar el concepto de esa actividad. Este proyecto además contribuye con el cuidado del planeta, defiende un consumo responsable y transformador y permite dignificar la forma en que reciben la ropa aquellas personas que tienen una necesidad real para poder vestir, desde los equipos de acogida se valora esa necesidad y las personas que lo necesitan podrán ir a la tienda a elegir la ropa que necesitan.

En esas últimas publicaciones se está poniendo el acento en la reinserción y en el trabajo como elemento clave. ¿Qué otros proyectos tiene Cáritas para mejorar la empleabilidad de las personas?

Desde el programa de empleo se pretende mostrar el compromiso con los derechos fundamentales de la persona y la mejora de la empleabilidad de los más vulnerables de nuestra sociedad creyendo firmemente en el trabajo como clave de inserción. Las acciones que venimos desarrollando son Itinerarios de Inserción Sociolaboral: orientación e intermediación laboral/agencia de colocación. También ofrecemos acciones formativas a través de la puesta en marcha de Talleres Prelaborales y Empleo; tenemos un Proyecto de Autoempleo La Semilla donde apoyamos a las personas que desean poner en marcha su propio negocio; y dentro de la Economía Social la Empresa de Inserción Re-Iniciar Alternativas Solidarias SL.

Entre las iniciativas de la entidad se encuentra el trabajo con las personas sin hogar. ¿Cómo ha evolucionado este proyecto en la pandemia? 

Hemos seguido atendiendo a las personas sin hogar, si bien hemos tenido que adaptar nuestros recursos a la realidad que estábamos viviendo: reduciendo plazas, adaptado los espacios comunes, proporcionado elementos preventivos (guantes, geles, etc.). También quiero destacar que durante toda la pandemia, y en la actualidad, el servicio provincial de centros sociosanitarios, ha estado muy pendientes de la situación que estamos viviendo y nos han apoyado mucho en los momentos más complicados y los equipos de técnicos estuvieron en primera línea atendiendo a las personas sin hogar.  

Igualmente, en el centro de ayuda a las adicciones se han notado cambios por la pandemia. ¿Hay algún cambio de tendencia en las adiciones?

El centro de atención a personas con adicciones tampoco ha dejado de atender, pero, como en los centros de personas sin hogar, hemos tenido que adaptar el centro y dotarlo de todas las medidas preventivas. Incluso tuvimos que cambiar de ubicación a un espacio más amplio. Los equipos encargados de acompañar a estas personas hicieron un gran esfuerzo para que ninguna persona se quedará sin atender. Las adicciones siguen siendo las mismas, aunque nos van llegando algunos casos de gente más joven con problemas de adicciones a las redes sociales, estos casos los derivamos a la unidad de conductas adictivas.

El juego se incluye ya entre esas adiciones que se tratan.

Muchas veces las adicciones se solapan, es decir, que las personas tienen más de una. Y sí, hemos tenido a personas con problemas de juego, pero en su mayoría viene asociado al consumo de otras sustancias.