Otra dosis para cerrar todas las puertas al virus

Hilario L. Muñoz
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La residencia STS Las Cármenes de Poblete es uno de los primeros centros asistenciales de la provincia que ha recibido la dosis adicional de Pfizer entre la sorpresa de sus usuarios

Consuelo Muñoz, la primera vacunada con la tercera dosis en el centro Las Cármenes de Poblete. - Foto: Rueda Villaverde

A ver si es la última vez, que no estáis acribillando». Con frases como esta, con alegría, recibieron ayer la dosis adicional, la tercera dosis contra el COVID-19, en la residencia STS Las Cármenes de Poblete. Los residentes hicieron una parada en su jornada diaria de 10 minutos para mejorar su inmunidad con la vacuna de Pfizer, la misma que recibieron en diciembre y luego en enero, cuando tener una población vacunada al 90%, como hay ahora mismo en Ciudad Real, era un sueño. Se dispusieron en fila para seguir el protocolo, sentarse a recibir la vacuna y hacer algún chascarrillo sobre el que tengan que volver a vacunarse.

«Afronto la vacunación con vitalidad y con ganas para que no cojamos lo que tenemos que coger», explicó Consuelo Muñoz, la primera vacunada con la dosis adicional en la residencia y seguramente en la provincia, donde el Sescam comenzó ayer a inocular las terceras dosis. «Debe ser bueno y para mejor», señaló Muñoz, minutos antes de que los profesionales de Enfermería del Centro de Salud I empezaran a reforzar su salud contra el SARS-CoV-2. «Cuando ponen la tercera es porque tendrán que ponerla», explicó Juan Carlos Sánchez, el primer vacunado, que recordó que el pinchazo es beneficioso para quien lo recibe «y para el mundo entero».

La biblioteca de la residencia fue el espacio donde se preparaba a primera hora del día la dosis adicional. El equipo formado por María Calderón, Beatriz Casado y Jorge Barco, coordinador de Enfermería del centro, fueron armando las vacunas con celeridad. Una sacaba jeringuillas, otra la llenaba con suero fisiológico y Barco añadía el suero la vacuna de Pfizer, para extraer de cada vial diez inyecciones. Toda la preparación de las dosis adicionales es igual a la que hubo con las anteriores, con su espera a que terminen de descongelarse o los 15 minutos tras la vacuna por si hubiera reacciones. «No cambia nada y, además, hay una facilidad porque no hay un tiempo determinado como sí lo hubo para inocular la segunda dosis, que eran 21 días exactos», explicó el coordinador. Ahora basta con esperar cuatro semanas, 28 días, y a partir de ahí se puede inocular una dosis adicional.

«Desde hace un año vamos a un ritmo frenético, pero el personal sanitario de Primaria tiene una capacidad de adaptación muy grande, con mucha versatilidad, y tenemos experiencia en campañas de vacunación». Ese año frenético arrancó en la Ciudad de Matrimonios Ancianos, el 30 de diciembre de 2020, con los primeros pinchazos y, a partir de ahí, los equipos recorrieron las residencias de toda la provincia. La experiencia del COVID muestra la importancia de que España y Castilla-La Mancha sean «provacunas», apuntó el coordinador. «Afortunadamente hay poca gente en contra».

«Afrontamos la vacunación con mucha ilusión, sobre todo por el hecho de ser los primeros en sentir que refuerzan a los residentes para afrontar el virus», dijo el director de STS Las Cármenes, Guillermo López. El objetivo es evitar que el coronavirus entre, que todo siga como hasta ahora, libre de COVID desde la primera ola. «Nos mantenemos limpios y no hemos recibido ningún susto», explicó el director, quien ve clave que todos los trabajadores estén vacunados y los protocolos introducidos. Entre ellos, la división por unidades de convivencia, para evitar aislar a todos los residentes en caso de algún positivo. Son lecciones aprendidas mientras se pone otro candado más contra el virus, porque «el mayor temor es que vuelva entrar» y se dé un paso atrás. «Con todo lo que hemos visto, hay que ir volviendo a la nueva normalidad y hacerlo con pies de plomo».