Atrás quedan las pancartas, banderolas, abrazos, proclamas y consignas. Hace sólo un año Puertollano era el epicentro regional de la celebración del Día Internacional del Trabajo, pero ayer le tocó vivir en silencio el Primero de Mayo con una Concha de la Música muda. El confinamiento a causa de la crisis sanitaria de COVID-19 obligó a cambiar el medio, pero no el fondo. El mundo virtual se convertía en el eje de un Primero de Mayo atípico, no por unas reivindicaciones que volvieron a girar sobre los derechos laborales, sino porque la seguridad y la reconstrucción se adueñaron del mensaje en respuesta a la crisis sanitaria. Y por encima de ellos, el agradecimiento a los trabajadores que desde el comienzo de la crisis sanitaria han ayudado a abordar una situación sin precedentes.

La alcaldesa de Puertollano, Isabel Rodríguez, hacía alusión a una pandemia que «nos hizo comprender de nuevo que sólo hay una clase, la de los seres humanos. Iguales, igual de vulnerables». Así, en redes sociales, apelaba a la importancia de la «solidaridad y de cómo los ‘currelas’, ya sean profesionales sanitarios, de los cuidados, responsables de limpieza, del comercio, del transporte, los que recogen nuestras basuras, … todos somos importantes». En definitiva, la regidora lanzaba un reconocimiento hacia aquellos que han sostenido los servicios desde el primer momento de la crisis porque «sin ellos no habríamos podido afrontar esta situación y no han dudado estar a pie de obra, aunque en mucho casos sus salarios no se corresponde con el valor de su trabajo».

La propia Policía Local de Puertollano, en la primera línea de fuego, lanzaba un mensaje de optimismo: «Comenzamos un mes nuevo felicitando a todos los trabajadores en el 1º de Mayo, este año un poco atípico, pero no por ello vamos a dejar de desearos un feliz día y que tras esta crisis sanitaria haya más empleo y prosperidad en España».

los sindicatos. Pero el Primero de Mayo es ante todo una jornada de protagonismo sindical, como la de aquella tan lejana que dio origen a esta celebración, un 1 de mayo de 1886 con una huelga multitudinaria en Chicago para reclamar la implantación de la jornada laboral de 8 horas.

El secretario provincial de CCOO, José Manuel Muñoz, destacaba que «el valor del trabajo es insustituible. Teníamos un sistema que era muy frágil e injusto, con gente en situación precaria que ha quedado aún más patente. Tenemos que cambiar el modelo social, que tengan en cuenta los derechos de los trabajadores».

El secretario provincial de FICA-UGT, Antonio Torres, señalaba que «en esta ocasión hacemos un homenaje a los trabajadores de manera virtual» y añadía que «hay que difundir el ánimo, insistir en que prime la seguridad y se tomen las medidas necesarias para que nadie se quede atrás».

Torres recordaba con un amago de nostalgia el recorrido de cada Primero de Mayo, desde la plaza de la Iglesia de Virgen de Gracia hasta la Concha de la Música, en una ciudad que luce con orgullo su legado obrero, aunque en esta ocasión haya sido de manera virtual.

Pero los mensajes sonaron con fuerza en las redes: el hashtag #1deMayo fue tendencia en Twitter durante todo el día y en YouTube artistas como Rozalén, Ismael Serrano, Marwan, Sole Giménez, Luis Pastor y Efecto Mariposa, entre otros,  llevaron a cabo un concierto para conmemorar la 130 edición de esta fiesta del trabajo en España.

Por su parte, CSIF fijaba su mirada en la seguridad: «Las diferentes administraciones deben ofrecer plenas garantías sanitarias a los empleados públicos y trabajadores de la empresa privada que se reincorporan de manera presencial a sus puestos de trabajo».

USO reclamaba trabajo digno para todos,  «con derechos, estable, que permita a cada persona desarrollar su proyecto vital. Para ello, es necesaria una nueva legislación laboral que acompañe a una batería potente de medidas económicas».

PATRONAL. El trabajador es una parte dentro de un conjunto donde el empresariado también es esencial. El presidente de la Federación Empresarial de Ciudad Real (Fecir), Carlos Marín, argumentaba que «la mejor reivindicación, la mejor política es tener trabajo», y en este sentido señalaba que se debe atender a un tejido empresarial «cuyo 85% por ciento está formado por pymes, micropymes y autónomos. Nadie quiere los 400 euros del Ingreso Mínimo Vital, lo que la gente quiere es ganar su dinero con su esfuerzo».