Adif ha dado por finiquitado el acuerdo que tenía suscrito con el Ayuntamiento de Ciudad Real capital, que databa de 1992, por el que se cedieron las instalaciones de la antigua estación de viajeros, en el parque de Gasset, a cambio de 12.000 pesetas al año, y que el Consistorio se comprometía a restaurar y acondicionar para convertirlo en un museo del ferrocarril que, casi tres décadas después, no existe.
«Se han incumplido los compromisos y obligaciones asumidas», asevera ADIF en un comunicado que se trasladó al Ayuntamiento de Ciudad Real el pasado mes de noviembre, que ha trascendido ahora, y en el que anuncia que, como consecuencia, «el Ayuntamiento de Ciudad Real devolverá al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias el inmueble vacío de enseres».
El documento al que ha tenido acceso La Tribuna, firmado por la dirección de Patrimonio y Urbanismo de Adif, saca los colores a la capital. «Pasado el tiempo (28 años), se ha podido comprobar que no se ha llevado a cabo nada de lo comprometido en el convenio, ya que no se ha hecho el Museo del Ferrocarril en Ciudad Real, ni se ha hecho nada para el fomento de la formación ni desarrollo social». De hecho, el convenio firmado por el entonces alcalde entonces Lorenzo Selas, incluía también que además del museo, las instalaciones de la vieja estación cerrada al público en 1990 se utilizarán para el fomento de la formación del empleo, desarrollo social y otras actividades con fines sociales.
Proyecto sobre la mesa ha habido para dar utilidad a este inmueble. El último, el avanzado en enero del pasado año y con el que el Ayuntamiento de Ciudad Real y la Cámara de Comercio anunciaban que estaban trabajando en la creación de un Vivero de Empresas Tecnológico en estas instalaciones. El compromiso municipal, se avanzó entonces, era aportar 100.000 euros del presupuesto municipal durante los próximos cuatro años para poner en marcha ese proyecto.
Sin embargo, la realidad la describe ADIF en su escrito al Ayuntamiento: «El edificio se encuentra en estado de abandono, con un lamentable estado de conservación en cuanto a las fachadas, zonas ajardinadas, carpinterías, exteriores, etc.», y está «especialmente vandalizado en la planta baja». Para remate, añade que desde el exterior «parece que se han hecho obras interiores sin el consentimiento de ADIF».
Todo eso provoca que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias dé por incumplido el acuerdo que tenía una vigencia de 50 años y reclame el edificio «vacío», por lo que pide también que la Asociación Manchega de Amigos del Ferrocarril desaloje «la suma importante de piezas relacionadas con el ferrocarril».