El Atlético enseña a jugar al fútbol al país del críquet

Jaime León (EFE)
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La nueva academia rojiblanca busca que los niños de Pakistán conozcan y practiquen el deporte rey

El Atlético enseña a jugar al fútbol al país del críquet - Foto: Jaime León

El Atlético de Madrid se ha convertido en el primer club europeo en abrir una academia en Pakistán, país donde el críquet es el deporte rey, los campos de juego son circulares y hasta el primer ministro, Imran Khan, es una exestrella de ese deporte.

Decenas de niños realizan diferentes ejercicios, desde pases a tiros a portería, bajo la atenta mirada de los entrenadores madrileños Javier Visea y Daniel Limones, una imagen poco habitual en este país de 207 millones de habitantes y donde el críquet representa lo que el fútbol en España.

"Te miran con los ojos muy abiertos para aprender. Algunos niños vienen por la nueva experiencia, para probar. Otros son aficionados al fútbol", dice Visea, de 22 años, que lleva varios meses enseñando a jugar en la ciudad de Lahore, en el este paquistaní.

El joven se siente un "pionero" ante el reto de desarrollar este deporte en un país donde escasean el apoyo institucional y las infraestructuras, pero tanto él como su compañero Limones se muestran optimistas. "Hemos encontrado un montón de gente que quiere jugar al fútbol", asegura Limones, de 33 años.

 

Una ‘plantilla’ de 600 niños

El Atlético de Madrid desembarcó el pasado septiembre en Lahore de la mano del empresario Mohamed Atta Tanseer, director ejecutivo de Cementos Kohat, tras no lograr que lo hiciese el Real Madrid.

El hombre que designó como director de la Academia del Atlético de Madrid en Pakistán, Syed Zahab Ali, no esconde su optimismo.

"Planeamos abrir seis academias en los cinco próximos años en Pakistán: dos en Lahore, dos en Karachi (sur), una en Islamabad y otra en Rawalpindi", afirma el directivo.

De momento el equipo de Daniel y Javier enseña en tres colegios de Lahore tres días a la semana y los sábados y domingos realizan entrenamientos fuera de los centros de enseñanza.

En total unos 600 niños han participado hasta ahora en entrenamientos colchoneros "siguiendo las mismas líneas que en Madrid", afirma Zahab.

El entusiasmo de Zahab lo comparten los chavales que se entrenan.

"Me gusta porque es divertido. Me gustaría seguir jugando cuando sea mayor", explica Zahra Hassan, una niña de nueve años que se declara fan de Cristiano Ronaldo, algo que demuestra la camiseta que viste de la Juventus con el nombre del jugador portugués.

Hassan es una de las 11 niñas de entre más de un centenar de niños que se entrenan los fines de semana con el Atlético, también una imagen poco habitual en este conservador país musulmán.

"Más niñas se están uniendo cada día. Generalmente las chicas no tienen oportunidades para jugar, esto es bueno para ellas", afirma Mehwish Rafique, entrenadora fichada por el Atlético, de 23 años ,que jugó con el equipo nacional femenino.

Otro joven, Zaid Akber, de 11 años, no esconde su alegría porque ha mejorado su regate en las cuatro semanas que lleva entrenándose con los españoles.

 

El fútbol no se practica, pero se sigue

Al optimismo se une también la realidad de que el fútbol está poco desarrollado en suelo paquistaní y hay mucho por hacer.

"Aquí entrenan sus habilidades técnicas, mientras que en España usamos conceptos tácticos", señala Visea, quien añade que han venido para enseñar a los jóvenes a jugar "como un equipo".

Limones va más allá: "Creo que (los paquistaníes) están 20 o 25 años por detrás de Europa en cuanto al concepto de entrenamiento".

Y no solo eso. Pakistán ocupa el puesto 200 de un total de 211 del ránking de la FIFA y nunca se ha clasificado para un Mundial. La liga de primera división paquistaní dura cuatro meses y los jugadores no son profesionales.

A pesar de ello, LaLiga española, la Premier británica o los Mundiales son seguidos con fruición por la clase media del país.

La falta de cultura futbolística y de apoyo institucional no impiden a Zahab soñar: "Me encantaría que el equipo de Pakistán se clasificase para un Mundial en 10 o 15 años".

Ante el deseo, Limones pone cara de duda y Visea echa mano de una recurrida frase del país asiático.

"Inshallah (si dios quiere)", afirma el madrileño.