Los impuestos especiales son los que cargan el consumo de tabaco, alcohol, electricidad o hidrocarburos y son los responsables de que la provincia de Ciudad Real encare el segundo año en el que la recaudación de impuestos en la provincia marque una curva de descenso. Así, al menos, apunta la evolución de los primeros nueve meses del año que dibujan una caída de la recaudación tributaria que ronda los 15 millones de euros en comparación con 2018.

Hasta septiembre, Ciudad Real ha metido en la hucha del Estado 367,8 millones de euros, frente a los 380,3 de 2018 y los 390,9 de 2017, año en el que se marcó un récord de recaudación en la provincia, al menos, desde una década antes, desde cuando la Agencia Tributaria recopila datos de cada una de sus delegaciones territoriales.

El lunar de los impuestos especiales no impide encontrar motivos para que Hacienda sitúe a Ciudad Real como una de las provincias donde aún cuadran las cifras en algunos de los principales tributos que recoge el Estado por España. Así ocurre, por ejemplo, con el IVA. El mejor termómetro que marca la evolución del consumo habla de una situación en la provincia que no se recuerda en años. Las puntuales medidas de alivio fiscal aprobadas en los últimos años, como la del IVA que se pagaba por las entradas del cine no implican que la Agencia Tributaria deje de sumar euros. De hecho, desde 2007, la provincia nunca había dejado tanta cantidad de dinero en las cuentas de Hacienda: 129,8 millones de euros hasta septiembre. Eso sí, el consumo privado da signos de desacelerando en el conjunto del país, donde la recaudación del IVA crece al ritmo más lento desde 2012, en plena crisis económica.

También marca cifras históricas de recaudación el IRPF: 146,9 millones de euros que no se alcanzaban en más de una década, mientras que también se anota las cifras más altas desde 2010 el de sociedades. Las empresas que se ven obligadas a pasar por caja por su nivel de sus beneficios también dejan más dinero, 53,4 millones de euros, en los tres primeros trimestres del año, aunque el nivel de ingresos está justo en la mitad de la cantidad que el Estado manejaba antes de la crisis, cuando se ingresaban más de 100 millones de euros a costa de la buena salud de las empresas ciudadrealeñas.