Las floristerías afrontan otro año «duro» como los orfebres, bordadores y tiendas de arte sacro y cofrade. «Hay mucha preocupación e incertidumbre en el sector», confiesa Sonia Simón, que regenta  la floristería del Pasaje San Isidro de Ciudad Real. Las ventas han caído un 60% respecto al año pasado, que ya fue malo.

Ante el negro panorama que se barruntaba a últimos de marzo de 2020, los productores recortaron la plantación y eso ha encarecido el precio, que se ha triplicado. Este año tampoco hay procesiones y  las hermandades no pasan por un buen momento, no han podido realizar  actividades para recaudar fondos, entre otras cosas para flores y velas, «y se ha notado mucho», indican Sonia y Alma, de la floristería El Pasaje.

Han vestido a sus imágenes y han puesto flores en los pasos, pero en lugar de anturios y rosas han comprado claveles y margaritas en su mayoría, aseguran las floristas, tras remarcar que la crisis sanitaria es un varapalo tremendo para muchos sectores que tienen en la Semana Santa una fuente importante de ingresos.

Un año más «nos quedamos sin las cuatro fechas señaladas» y hay que «empezar a pensar en otro planteamiento para no tener que echar el cierre» porque «no vemos que la situación mejore» y se les antoja complejo que se pueda recobrar la vida anterior a 2020, cuando había problemas y situaciones difíciles, «pero jamás como ahora». Los autónomos siempre lo han tenido difícil, haciendo frente a múltiples vicisitudes, pero la crisis sociosanitaria es tremenda, aseguran las propietarias de la floristería El Pasaje, que lleva abierta «40 años y nunca se ha vivido una cosa igual».

Este año el altar de la Catedral de Ciudad Real lleva un 70% menos de flores que otros años. Las iglesias ponen adornos florales, pero menos. No obstante, agradecen las ventas para los monumentos, altares y cofradías.