100 años de coleccionismo

Javier Villahizán (SPC)
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El Museo Thyssen celebra este año el centenario del nacimiento del barón, un hombre amante de la creación que vio cumplido su sueño: mantener intacto su legado y exhibirlo

El aristócrata posa junto a una de sus obras preferidas, ‘El retrato de Giovanna Tornabuoni’, de Domenico Ghirlandaio.

Industrial, coleccionista y filántropo. Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza (Scheveningen, Países Bajos, 1921- Sant Feliu de Guíxols, 2002) fue un aristócrata de origen húngaro y alemán y amante del arte que llegó a atesorar más de 1.700 cuadros, la gran mayoría expuestos en España. Hoy, 100 años después de su nacimiento, su nombre lleva el título de una fundación, un museo nacional en Madrid, una pinacoteca en Málaga y un centro de exposiciones en la Costa Brava que atesoran su vasta obra.

Con motivo de este aniversario, el Museo Thyssen ha organizado un conjunto de exposiciones temporales, conferencias, simposios y acciones educativas a partir del próximo 13 de abril, fecha de su onomástica, para recordar la figura y el legado del holandés errante.

«Hans Heinrich Thyssen fue, ante todo, una persona prendada por la pintura. No solo completó la colección de su padre, sino que hizo la actual con adquisiciones de arte moderno, además de abrir y facilitar al público el disfrute de las mismas», destaca el comisario de la conmemoración de este centenario, Ángel López-Manzanares.

El joven barón heredó con tan solo 26 años una enorme fortuna ligada a los negocios de su progenitor, además de una colección de arte de 525 obras, todas ellas de maestros antiguos del siglo XIX. 

Sin embargo, el esforzado carácter de Hans hizo que triunfará aún más no solo en el ámbito empresarial sino también en el creativo. Mientras en la década siguiente lograba recuperar el imperio industrial y financiero familiar, que había quedado muy deteriorado por la Segunda Guerra Mundial, el aristócrata consiguió aumentar su repertorio pictórico con nuevas obras maestras del arte clásico.

Una vez superada esta etapa, el barón se dedicó a su gran pasión, el coleccionismo, particularmente de pintura de los siglos XIII al XIX. Tal fue así, que el filántropo llegó a adquirir las colecciones de destacados magnates estadounidenses y logró ampliar su catálogo hasta los 1.700 cuadros, un legado que recorre sin apenas lagunas toda la Historia de la pintura.

En el último cuarto del siglo XX, enriqueció su colección con piezas de las últimas corrientes para dar cabida a los expresionistas alemanes, los fauvistas franceses, los movimientos cubistas e incluso a las creaciones pop art anglosajonas.

 

Golpe de efecto

Después de cuatro matrimonios y cuatro hijos y herederos, el barón se casó con la española Carmen Cervera en 1985. Este enlace fue altamente beneficioso para la cultura española, pues la actual baronesa favoreció el acuerdo para que, en el verano de 1993, España adquiriera por 350 millones de euros las 800  obras pictórica más representativas de la colección Thyssen. 

Gracias a este pacto, Patrimonio cedió el Palacio de Villahermosa a la nueva Fundación Colección Thyssen Bornemisza para convertirlo en sede del Museo Thyssen.

«Su decisión de traer la colección a España, en la que fue determinante el papel de su esposa, Carmen Cervera, constituyó una de las mayores contribuciones a la cultura del país», destaca López-Manzanares.

Con esta iniciativa, el barón vio cumplido uno de sus grandes deseos: mantener intacta y unida la colección y exhibirla públicamente para su disfrute.

Sus últimos años transcurrieron  en armonía por haber cumplido uno de sus más viejos sueños, crear un gran museo con su nombre, a pesar de su delicado estado de salud y de sus disputas por la gestión del patrimonio  con su primogénito, Georg Thyssen, con el que se logró finalmente un acuerdo amistoso.

El barón murió en su finca de la Costa Brava, en Sant Feliu de Guíxols, y sus restos fueron enterrados en el panteón familiar del castillo de Schloss Landsberg (Alemania).

Pero el legado del holandés errante no ha dejado de crecer, la baronesa Carmen Thyssen ha sido la encargada de ampliar y enriquecer la colección con nuevos espacios y adquisiciones.