Irene Parrilla y sus compañeros aprendieron a dirigirse en público con unos cuentos de terror que contaron en la casa de cultura de Alovera por Halloween. Esta alumna del IES Harévolar lo tuvo que poner esta mañana en práctica para explicar cuál ha sido su experiencia con los proyectos STEAM en los que se ha inmerso su instituto. STEAM viene de las siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas, los ingredientes que meten colegios e institutos en una fórmula para mejorar la enseñanza.

Para Irene ha funcionado y puso como ejemplo el buen recuerdo que tiene de su profesor de Física y Química, que adaptó los contenidos de su materia a aquellas cuestiones que más interesan a los chicos. «Hace que tengamos una relación más estrecha con nuestros profesores, como alguien con quien se puede hablar y reír, no solo a quien consultar las dudas para un examen», comentó. 

También parece satisfecha con el resultado Adela Martínez, alumna del Instituto Río Júcar de Madrigueras: «Siempre que teníamos en mente estos proyectos, estábamos incluso más atentos en clase para que se notara que merecíamos ese aliciente». Y además destaca que ahora se escuchan más las opiniones de los alumnos: «Los proyectos nos ofrecen a los alumnos la oportunidad de expresarnos con más libertad».

Colegios e institutos hallan la fórmula del cambio en STEAM - Foto: Javier PozoTanto los institutos de Harévolar y Río Júcar se han llevado hoy un Sello de Calidad STEAM, que ha concedido la Consejería de Educación. Son dos de los 46 centros educativos que lo han logrado y que podrán exhibir el título enmarcado en alguno de sus pasillos en los próximos días. Son los 46 primeros, pues en total hay 281 centros en la región que se han lanzado a experimentar con este nuevo modelo.

Otros de los que se han llevado el sello de calidad son los colegios José Ramón Villa de Mora o el San Antonio de Yeles. Sus directores también explicaron todo lo que les ha cambiado el mundo STEAM. María Dolores Manzano, la directora del colegio de Mora, cuenta que han avanzado en los objetivos de desarrollo sostenible, evaluación o formación del profesorado. Destacó que en la parte de arte tienen los pasillos llenos de cuadros y que hay música casi a diario. «Cogimos un centro y cinco años después es otro centro», aseguró, «es una mejora continua».

Esta transformación también la ha notado Julio Javier Vegas Alonso en el colegio de Yeles. «Es un cambio que se nota de principio a fin, hay un antes y después», recalca. Además asegura que los resultados académicos de los alumnos han mejorado y aprecia que también lo ha hecho su actitud. «Hay una motivación, una emoción hacia el trabajo en el aula que no existía previa al STEAM», expuso.

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