La licitación de obra del Estado sufre un parón

R. Ch.
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La provincia es el tercer territorio con menor volumen de licitación de obra pública de toda España en la última década según los datos recopilados por Seopan, con apenas 136 millones de euros

Ciudad Real, en el furgón de cola de obra pública licitada

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba, a finales de junio, la Orden del Ministerio de Hacienda por la que se dictan las normas para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022. El objetivo: incidir en la recuperación tras la COVID-19 e impulsar la transformación y modernización de la economía española, gracias, también, al manguerazo de millones que llegan desde Europa a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Y todo eso antes del 30 de septiembre, fecha en la que el sudoku presupuestario debe estar listo, si se quieren respetar las formas y los tiempos. 

La negociación para cuadrar esas cuentas marcan el inicio del curso político en el que las comunidades y territorios miran con lupa la previsión de gasto del ministro o ministra de Hacienda de turno y que no siempre han sido especialmente espléndidos con la provincia de Ciudad Real. De hecho, sin llegar al ‘Madrid nos roba’ repetido como ‘casus belli’ por los independentistas catalanes, Ciudad Real no ha estado entre las prioridades de inversión directa de los distintos gobiernos que han pasado por Moncloa: de los anuncios hechos a las licitaciones realizadas, la provincia aparece como el tercer territorio en España menos ‘mimado’ tanto por socialistas como por populares en la última década. 

Las cuentas las hace Seopan, la patronal de las constructoras, que escudriña cada euro de licitación que se realiza desde la administración central, regional y local. Y con la calculadora en la mano, en los últimos 10 años, solo en la ciudad autónoma de Ceuta, con menos de 85.000 habitantes, y en Ávila, donde viven 159.000 personas, se han licitado proyectos por menor importe que en la provincia de Ciudad Real, tercera en ese podium y con una población que aquí roza el medio millón de habitantes. En total, 136 millones de euros licitados en 10 años. Puesto en relación esos euros con la población, la provincia fue la que menos inversión estatal atrajo en los años 2014, 2019 y 2020, con cifras, en ese periodo, de seis euros por habitante, con volúmenes de licitación que llegaron hasta los 1.300 euros en provincias como Cuenca, donde se sacaron a licitación el proyecto del polémico, y ya desterrado, cementerio nuclear.

En esto, además, no caben guerras políticas. Bajo mandatos populares, en esta década, Ciudad Real solo superó a Jaén, además de a Ávila, Soria, Lleida, Álava, Ceuta y Melilla en importe licitado. Con la administración socialista, en el Gobierno desde el verano de 2018, Ciudad Real apenas tiene mejores datos que Ávila en proyectos licitados desde Madrid.

La musculatura inversora estatal en el periodo analizado desde 2012 hasta el primer semestre de 2021 deja provincias y regiones que han salido especialmente bien paradas. Madrid es la primera. En total, en la región más poblada se han anunciado y licitado proyectos por valor de más de 3.700 millones de euros. Después, Barcelona, con más de 2.700 millones y luego, por encima de la barrera de los mil millones, aparecen Cádiz, Sevilla, Asturias, Baleares, Valencia, La Coruña, Murcia, Guipuzcoa y otras provincias más ‘sorprendentes’, con niveles de población similares a los de Ciudad Real como Badajoz, donde viven 620.000 personas, y Orense, que apenas supera los 300.000 habitantes. El desarrollo del AVE en estas zonas de España está detrás de esos presupuestos tan abultados. Huérfanos de grandes proyectos en Ciudad Real, porque algunos, como la alta velocidad, llevan ya casi tres décadas funcionando aquí, hay actuaciones perdidas en los trámites burocráticos, entre estudios informativos y anuncios, como la autovía hacia Extremadura, la conexión a Toledo por vía de alta capacidad o el AVE por La Mancha, que aguardan un empuje decidido y cuya hibernación mantiene a Ciudad Real en el furgón de cola de la inversión estatal.