El Jaén agranda su idilio con el Quijote Arena

Manuel Espadas
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3
Ribera Navarra
8
Jaén
Finalizado
El conjunto andaluz se medirá mañana domingo con el Barça en la final de la Copa del Rey al superar con justicia al Ribera Navarra (3-8)

El Jaén Paraíso Interior disputará este domingo (18.30 horas) su segunda final de la Copa del Rey consecutiva al superar con justicia al Ribera Navarra por 3-8, en una semifinal que dominó casi al completo, con la única excepción del tramo final del primer periodo. Los andaluces demostraron que su idilio con Ciudad Real no se ha apagado con el tiempo, en una pista talismán donde se proclamaban campeones de la Copa de España en 2015.

Desde los primeros segundos al Jaén se le notó un punto más de intensidad, de confianza y quizás también de motivación. Le gusta jugar en el Quijote Arena, su ‘segunda casa’, donde se siente cómodo y seguro. La tromba amarilla se llevó por delante al Ribera, que en un par de parpadeos ya se veía 0-2 abajo en el marcador. Un infantil tanto en propia puerta de David, al peinar con la cabeza de forma temeraria un balón largo, y un derechazo de Míchel desataban el delirio de los más de mil aficionados jienenses presentes en el coliseo manchego. En un visto y no visto, el equipo de Dani Rodríguez se había erigido dueño y señor de esta segunda semifinal copera, tanto en el luminoso como en las sensaciones que se transmitían desde la cancha.

Porque el Jaén mandaba, atrás y delante. Espíndola apenas tenía trabajo ante un ataque navarro que no encontraba fisuras. Eso sí, la contundencia defensiva de los andaluces les costaba acumular su quinta falta cuando apenas se había llegado al ecuador de este primer periodo; una rémora que al final no tuvo consecuencias.

Y si la puesta en escena del Jaén había sido espectacular, con el 0-3, obra de Dani Martín al finalizar con un sutil toque una contra de su equipo, el partido parecía totalmente en sus manos. El actual subcampeón del torneo se veía ya en su segunda final consecutiva, donde ya esperaba el Barça, su verdugo en 2018 en Cáceres.

Pero no iba a ser tan fácil. Casi sin que nadie lo esperara, el espigado jugador del Ribera Navarra Sergio González sorprendía entre las piernas a Espíndola, anotando el 1-3 y despertando a los hasta ahora enmudecidos aficionados navarros, que tampoco eran pocos. Corría el minuto 16, y sólo uno después el propio González activaba una contra de su equipo para asistir de manera magistral a Ferrán Plana, que hacía el 2-3 con aparente comodidad. La semifinal, unos segundos antes muy decantada, quedaba totalmente abierta de cara al segundo periodo. El Jaén ya no se sentía tan cómodo en ‘su’ Quijote Arena.

Pero tras el paso por el vestuario los amarillos recobraron oxígeno, a la par que el Ribera atemperaba su ímpetu. El juego y el ritmo pasaba de ser naranja a convertirse otra vez en amarillo. Bingyoba y Giasson ya avisaban que el ‘olivo mecánico’ estaba de vuelta. Y así fue. Piqueras, aliado con la buena fortuna, firmaba el 2-4 en el segundo palo casi sin querer, tras un doble rebote del balón en la defensa navarra y en el poste, en un disparo de Carlitos. Y segundos después el gigante Bingyoba ‘abusaba’ con su enorme poderío físico de Mínguez, al que le robaba la cartera, batiendo después a Sergi.

Con el 2-5 el partido bajó en ritmo y emoción, con un Ribera que cruzaba los dedos para que sucediera lo mismo que en el primer periodo. Pero esta vez no hubo reacción. Tripodi lanzaba al palo y acto seguido Lemine, otra vez en propia puerta, hacía el 2-6 al intentar desbaratar una contra de Carlitos.

Con un marcador tan adverso, Pato ordenaba el juego de cinco del Ribera, ya sin nada que perder. De hecho, el meta del Jaén Espíndola rozaba el séptimo de su equipo al estrellar el balón en el larguero en un disparo de área a área. Séptimo gol que sí marcaba a puerta vacía Campoy, sentenciando el cruce y metiendo a su equipo en la gran final de este domingo, mientras la marea amarilla se divertía haciendo la ola en ‘su’ Quijote Arena. David, de penalti para el Ribera, y Piqueras para el Jaén, otra vez a puerta vacía desde su cancha, ponían el 3-8 definitivo.