«La medida de las 35 horas no hará daño al consorcio"

Ana Pobes
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Entrevista a María Fresneda, presidenta del Consorcio de Residuos Urbanos

«La medida de las 35 horas no hará daño al consorcio" - Foto: Pablo Lorente

Durante los próximos cuatro años, María Fresneda compaginará sus responsabilidades como alcaldesa de Torre de Juan con el de diputada provincial y presidenta del Consorcio de Residuos Urbanos de Ciudad Real (RSU), cargo este último al que llega con «mucha ilusión y responsabilidad» para afrontar muchos de los proyectos que el consorcio tiene encima de la mesa para los próximos años. Entre ellos, la automatización para la recuperación de envases ligeros y biorresiduos de la planta ubicada en Almagro y la implantación del contenedor de recogida orgánica en los casi 92 municipios de la provincia de Ciudad Real que conforman el consorcio.

En julio fue reelegida presidenta de RSU. ¿Cómo afronta el cargo?

Con mucha ilusión y responsabilidad, pero también con mucha capacidad de trabajo, pues los temas medioambientales están cada vez más presentes en las agendas políticas. Recientemente se celebró la cumbre sobre el cambio climático en New York, y RSU quiere y debe aportar su granito de arena para contribuir en la gestión medio ambiental. De hecho, somos la primera y única empresa pública que gestiona los residuos urbanos dentro de la región. Y eso, nos hace mucho más responsables a efectos de la actividad medioambiental.  

¿Qué retos son los que se ha marcado para este mandato de cuatro años?

El primero y más importante es la implantación del contenedor de recogida orgánica en casi todos los municipios de la provincia que conforman el Consorcio de Residuos Sólidos Urbanos de Ciudad Real  

¿Y se han instalado ya en algunos municipios?

De momento, no. La fecha marcada para su instalación será en 2020, concretamente en el segundo semestre del año próximo, y su implantación comenzará por Ciudad Real capital.   A partir de entonces, se extendería al resto de la provincia. La fase primera, que contempla únicamente la capital y solamente fuera de ronda, supondrá una inversión de 900.000 euros. Si se hace una extrapolación, sería cuatro veces más. Un contenedor de estos de recogida selectiva grande rondará los 500 y 600 euros.

RSU presta servicio a 92 municipios y la entidad trabaja las 24 horas del día para tratar los residuos que generan los ciudadrealeños al año. ¿A cuánto alcanzan estas cifras?

En 2018 ascendieron a 165.000 toneladas.  Además cabe recordar que tenemos 50 rutas, cien vehículos y la planta de Almagro. Sin olvidar tampoco los casi 280 trabajadores. Cincuenta rutas en las que se manejan unos 20.000 contenedores que genera unas 500 toneladas diarias que se llevan a la planta de tratamiento de Almagro.  

¿Se han generado más residuos en relación a los últimos año?

Un poco más, quizás porque la economía es mucho mejor. Pero también hay que tener en cuenta que se ha reciclado más y mejor. Es verdad que se ha reciclado más en los contenedores de recogida selectiva y se ha disminuido en los contenedores orgánicos pero la gente cada vez es más consciente de la importancia que tiene reciclar y ha contribuido más a separar y a reciclar.  

Quizás esa concienciación viene motivada también por la formación e información en materia ambiental que se comete desde el consorcio.

Claro, desde RSU se están haciendo charlas informativas y talleres en asociaciones y colegios. Solo en el curso escolar 2018-19 se han llevado a cabo unos 150 talleres, lo que significa que se ha llegado prácticamente a casi todos los colegios de Primaria de la zona de la provincia que conforma RSU.

¿A pesar de esa concienciación cree que en 2020 se logrará que el 50% de los residuos que generamos a través del Consorcio de Residuos Sólidos Urbanos se reciclen?

Con el compromiso de todos los ciudadanos, de la parte que nos corresponde como empresa y una vez que empiece a funcionar el proyecto de automatización para la recuperación de envases ligeros y biorresiduos de la planta de Almagro, el objetivo de llegar a esa cifra será mucho fácil.

Empresa pública que se financia principalmente a través del canon de los ayuntamientos.  Se aprobó la congelación de la tasa para este año. ¿Se tiene previsto mantener esa tónica también para 2020?

Se verá en las próximas reuniones del Consorcio y en la asamblea de alcaldes, donde unos estarán a favor y otros en contra de las medidas que se vayan a adoptar. De momento, se está estudiando y no hay nada decidido al respecto. Encima de la mesa hay muchas opciones de mantener, de crecer y de reducir de diferentes financiaciones pero no hay nada decidido. Esos distintos escenarios se llevarán al consejo de administración y después a la asamblea, formada por los alcaldes de los municipios que conforman RSU, donde se debatirán y se aprobarán las decisiones.

El pasado mes de diciembre los trabajadores amenazaron con una huelga  indefinida hasta que se implantara la jornada laboral de 35 horas en vez de las 37,5 horas. Al final se llegó a un acuerdo y se desconvocó, pero la empresa indicó que la medida de reducción pondría en riesgo la viabilidad del consorcio al acarrear un coste de un millón de euros en dos años. ¿Esto influirá en la posibilidad de una subida en el canon municipal?

Ese millón de euros se planteaba para dos ejercicios (2019 y 2020) como así quedó estipulado en el convenio. En 2019 ya estamos y se están aplicando las 35 horas. A través de la reorganización de rutas, de alguna nueva gestión y de algunas prejubilaciones    vamos a poder aguantar la cifra este año, pues aún quedan tres meses para cerrar 2019. Este año la medida no va a hacer demasiado daño, y para el siguiente será cuestión de lo que ocurra en diferentes escenarios. El convenio se firmó a finales del año pasado, y se aceptaron casi todas las demandas donde la principal era las  35 horas y la mejora en el complemento de nocturnidad. Cumplimos el convenio laboral.

Además de la tasa de los ayuntamientos. ¿Cómo se sufraga el consorcio?

Además de los once millones de euros que aportan los ayuntamientos con las tarifas establecidas por la asamblea, la Diputación de Ciudad Real aporta cuatro millones de euros y las empresas de reciclaje como Ecoembres o Ecovidrio aportan otros  cuatro millones de euros. En total, un presupuesto de 19 millones de euros  que cada años experimenta pequeñas variaciones al variar también la aportación de las empresas y en esas tarifas de los ayuntamientos no solo están las ordinarias sino también las extraordinarias, y también sufren variaciones. Por todo ello, puede haber una pequeña diferencia de un cinco por ciento de variables. Un presupuesto equilibrado con endeudamiento cero y con un remanente de tres millones de euros.  

Un remanente de tres millones de euros que no se pueden gastar debido al  techo de gasto que recoge la Ley de Estabilidad Presupuestaria, ¿verdad?

Así es. Ojalá que se levantara el techo de gasto, pues ese remanente se emplearía para más mejoras del servicio a favor de los ciudadanos. El proyecto de implantación del contenedor del marrón tiene un coste, y lo podíamos sufragar de ahí sin tocar otro tipo de financiación. Todo ello, supondría más mejoras y equipamiento nuevo con una renovación más anticipada de los vehículos. Aunque todos los años se cambia un 10 por ciento de los contenedores más dañados por el uso.  

La planta de Almagro es el buque insignia del Consorcio. Hace poco se aprobó la automatización para la recuperación de envases ligeros y biorresiduos. ¿Hay más proyectos de futuro para esta planta?

La automatización supone un coste de más de 500.000 euros, de los que RSU aportará un 20 por ciento tras su aprobación en el Consejo de Administración, y el resto se financiará con fondos Feder. Estamos a la espera de que la viceconsejería de Medio Ambiente nos conceda la autorización para empezar el proyecto. Hablar de plazos en esto es complicado, pero confiamos en que en 2020 podamos llevarlo a cabo. Cabe recordar que la planta de envases, ya se automatizó hace diez años, la de compostaje, es que la que se va a automatizar, y la planta de afino, que es también relativamente nueva, por lo que esta iniciativa es lo que cierra el círculo.  

El consorcio apuesta por la economía circular a pequeña escala, en particular en zonas rurales. ¿El compost procedente de biorresiduos está dentro de los planes de RSU?

Estamos a la espera de que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha nos conceda el proyecto piloto de compostaje comunitario en el entorno del Parque Nacional de Cabañeros. A medio plazo hay que empezar a recoger selectivamente la basura orgánica, y en los entornos rurales los mecanismos están siendo diferentes, pues traer la basura orgánica desde pueblos como Arroba, Anchuras o Chillón a la planta de Almagro para  compostarla, afinarla y llevarla después ese compost al origen es un gasto enorme. Por ello, estamos estudiando proyectos alternativos en zonas rurales agrícolas para la utilización del compost.

Pero hace unos días en Villanueva de los Infantes ya se obtuvo el primer compost orgánico.

Así es. Ése es uno de los modelos, y el más sencillo porque se recogía la basura orgánica de los comedores. Era una prueba demostrativa, y el objetivo es seguir creciendo a gran escala en algunos pueblos de Cabañeros pero dando ya el salto a los ciudadanos. La idea es regalar a los vecinos un cubo de basura marrón para que vayan echando los residuos y lo lleven de manera voluntaria a la zona de compostaje. Se trata de proyectos divulgativos y de sensibilización no productivos desde el punto de vista industrial.

El Consorcio lleva trabajando varios meses en la obtención del sello de la huella del carbono.  ¿Llegará pronto?

Seguro, y en eso estamos trabajando. Se trata de un certificado otorgado por el Ministerio de Transición Ecológica a los que usan buenas prácticas en la reducción de emisiones de carbono en la atmósfera. Nos han pedido el oro y el moro en cuanto a papeleo y documentos, por lo que confiamos en recibirlo en los próximos meses. Una vez conseguido, en todos nuestros documentos aparecerá el sello de la huella de carbono, que significará que somos buenos y eficientes en la reducción de las emisiones de carbono a la atmósfera. Creo que seríamos la primera empresa pública de Castilla-La Mancha en conseguirlo y posiblemente también de la provincia.    

Además de los proyectos ya mencionados, ¿RSU trabaja en algún otro?    

Nunca faltan proyectos por hacer para mejorar aún más nuestro servicio. Y con ese objetivo se está también trabajando en la implantación del sistema movisat, que nos va a permitir mejorar y controlar las incidencias que se produce en cada servicio y en cada caso de manera telemática. Ahora, entre el 60 y el 70 por ciento de los camiones que realizan las rutas cuenta con la instalación de una especie de PDA conectada con GPS. Se está ya perfilando toda la digitalización del programa, pues es algo bastante complicado teniendo en cuenta que contamos con 20.000 contenedores. La medida costará unos 100.000 euros y se sufragará íntegramente por RSU. Asimismo, una de las cuestiones que se estudiará será la reelaboración de algunas rutas para que haya menos incidencias y ahorrar de cara a que todo el convenio laboral sea menos costoso para la empresa. Recordar también que en Almagro, Valdepeñas, Manzanares y Almodóvar del Campo estamos gestionando los antiguos escombreros- vertederos municipales que había. En concreto, en Almagro, que es el más grande, se realizará una extracción de gas para convertirlo en electricidad a través de un motor generador. Electricidad que nos van a pagar, por lo que supondría unos beneficios de entre 80.000 y 90.000 euros al año. Los vertederos, cuando se cierran, generan gas metano, hasta ahora ese gas, muy contaminante, lo quemamos pero la idea es utilizarlo como combustible en un motor para generar electricidad.