Pacientes en cuidados paliativos

Hilario L. Muñoz
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La unidad llega a 160 personas, entre los dos equipos con los que cuenta, tras una década en la que ha ampliado el número de atendidos en la fase final de la vida más allá de la Oncología

Pacientes en cuidados paliativos - Foto: Tomás Fernández de Moya

Unos 160 pacientes en situación terminal de la provincia de Ciudad Real reciben sus cuidados paliativos a domicilio gracias a la unidad de atención domiciliaria con la que cuenta el Hospital General  Universitario de Ciudad Real (HGUCR). Se trata de un recurso que trabaja desde la base de que «el hogar es el sitio donde mejor va a estar un paciente», su entrada en el hospital implica perder «mucha autonomía», recuerda la doctora Teresa Salcedo, quien apunta que la intención es acompañar a la persona enferma y a su entorno, dando apoyo y formando a los cuidadores. La situación actual es que un 70 por ciento de estos pacientes fallecen en casa, junto a su familia, siempre que no haya elementos que les lleve a la hospitalización. «Buscamos la calidad de vida para nuestros pacientes y nosotros creemos que la calidad de vida está en el hogar, que es el sitio donde realmente quieren estar», indicó. El dato del 70 por ciento llama la atención tras unos años en que se ha trabajado para que la atención sea sobre todo en el hospital.

un refuerzo importante. La Unidad Domiciliaria de Cuidados  Paliativos de Ciudad Real cuenta con dos equipos técnicos. Uno se ocupa de la zona norte y otro de la sur, compuestos por dos doctoras, Salcedo y Guadalaupe Serrano; dos profesionales de enfermería, Mari Cruz Amorós y Ángel José Hernández, y una psicóloga Ana María Pérez-Serrano, quien trabaja de forma conjunta con los equipos. Los cinco mantienen un horario de lunes a viernes, con una labor que incluye visitas domiciliarias y un control telefónico de cada paciente. «Un cuidador necesita mucho refuerzo», recordó Salcedo, de ahí la importancia de que haya un hilo directo, un móvil, que puedan ampliar ante cualquier duda que vaya surgiendo.

«Es el hospital el que se traslada a casa, porque la idea es cuidar en el hogar siempre que se le ofrezcan las mismas garantías de cuidados médicos», apuntó la doctora Serrano. «Nuestra idea es ayudar en ese camino que pueden ser de semanas o meses, hay gente con más de un año», argumentó, mientras analiza su labor como «los médicos de la vida», tratando de que haya «un buen control de síntomas, sin dolor y sin ahogo» para evitar la agonía. «Vas a trabajar con él todos esos meses, no trabajamos muerte inminente», indica Serrano. «Se trata de una enfermedad avanzada donde se han agotado los tratamientos curativos pero que tu enfermedad no se cure no significa que no se tenga que tratar», dijo Salcedo.

La ventaja de esta unidad respecto a otras se fundamenta en que la ciudadrealeña se encuentra integrada dentro del hospital por lo que el paciente que quiera cambiar domicilio por hospital puede contar con las visitas del personal domiciliaria, aunque les atiendan en planta. esta situación permite una comunicación más directa, ante cualquier cambio que pueda tener una persona atendida. Por ejemplo un sangrado o algún aspecto que en casa no se puede tratar, que pueda conllevar un ingreso al hospital por unos días, o si hay una persona cuyo deseo es fallecer en el hospital que pueda hacerlo.  

Las unidades de paliativos domiciliarias comenzaron en el seno de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), por lo que el paciente oncológico fue el primero en que se trató en el hogar por parte de estos profesionales. Con el tiempo estas unidades pasaron al Sescam y en el año 2009, hace una década, ampliaron las personas atendidas a otras enfermedades, lo que hizo que se extendiera la atención en el domicilio a otras patologías, como las enfermedades respiratorias y las neurológicas.