Boadella recordó que es un texto que está en borrador, ya repartido a los grupos políticos y que, dentro de un mes, se volverá a revisar por todas las partes. La edil recordó que esta normativa y los cambios, en su mayor parte, se han desarrollado para introducir aspectos de la ley del Ruido, "a la que hay que adaptarse". La concejala apuntó que la ordenanza es "muy técnica" lo que dificultará "el consenso" pero que "no por eso hay que dejar de intentarlo".
Tal y como avanzó La Tribuna, Boadella ha expuesto que la ordenanza ya no habla de Zona Ambientalmente Saturada sino de áreas acústicas y de protección. Se trata de un elemento en el que se trabajará sobre el mapa del ruido, del que "ya se han terminado todas las mediciones" y está ala espera del análisis que realice la empresa externa dedicada a ello, que dará resultado, en principio, el próximo año.
Además, la nueva ordenanza introduce cambios en las mediciones ya que no solo se tomará el sonido sino también "los componentes de baja frecuencia" o "las frecuencias tonales".
También se abordan "los valores mínimos de aislamiento, los vestíbulos acústicos o cómo deben ser los limitadores de locales de ocio", esto último se trata de aspectos que los negocios deberán adoptarse. "La adaptación a la nueva ordenanza va a tener que ser obligatoria en algunos puntos, en especial en cuanto a los limitadores de sonidos en discotecas, bares especiales y pubs, y en los vestíbulos con doble puerta para que el ruido no salga al exterior", dijo la concejala, aunque con el recuerdo que aún se está en negociaciones.