La Semana Santa de Daimiel 2019 quedaba oficialmente instituida en la noche del sábado. Lo hacía con el pregón que pronunció ante una abarrotada parroquia de Santa María el sacerdote y periodista Julián Lozano, quien no escondió la responsabilidad que sentía al proclamar por primera vez un pregón, aunque mostró su agradecimiento por la elección al presidente de la Junta de Hermandades, Fernando Gigante, y al vicario parroquial de San Pedro, Jacinto Naharro, con quien compartió algunas asignaturas durante su etapa universitaria. Precisamente, Naharro fue el encargado de hacer la presentación del pregonero, antes precedida por la actuación de la Banda Municipal de Música que interpretaron las marchas procesionales Niño perdido, Expiración y Capuchinos. 

Lozano inspiró su pregón en el acontecimiento central de la Diócesis de Getafe a la que pertenece, el Centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, con el lema ‘Las heridas de Jesús nos han curado’. «Llevo meses dándole vueltas a lo que significa esto de que una herida cure y creo que tiene que ver con el misterio de la Semana Santa, donde sacamos a procesionar imágenes como las de Jesucristo con sus heridas, por lo que voy a intentar hacer ver cómo esas heridas nos pueden salvar», manifestó. 

El pregonero se mostró contento y agradecido con la oportunidad de conocer la realidad de la Semana Santa de Daimiel, «que me ha sorprendido y me ha ayudado para preparar la Semana Santa en mi parroquia de Ciempozuelos». «Espero que sea renovadora y ayude a los demás», continuó. El sacerdote resaltó los 500 años de tradición de esta festividad en Daimiel, así como sus procesiones, la belleza de los pasos o la implicación de tanta gente con todo el trabajo necesario. «Para mí el reto es que esa grandeza se extienda durante el resto del año y se profundice hasta que toque lo más íntimo», concluyó.