Miguel Sánchez-Migallón (Ciudad Real, 8-2-1995) pasó de estar de vacaciones a viajar con urgencia a Japón para convertirse en medallista olímpico con la selección española de balonmano. Apenas una semana después de aquello, el jugador se trasladaba a Polonia para iniciar su aventura con su nuevo club, el poderoso Kielce de Talant Dujshebaev, donde confiesa seguir viviendo todo «en una nube, asimilándolo poco a poco» . 

Y es que ese sueño olímpico hecho realidad en Tokio con la medalla de bronce está teniendo su prolongación en Polonia, donde Miguel Sánchez ya ha disputado sus primeros entrenamientos y dos encuentros amistosos. Este sábado comenzará la liga polaca con el compromiso del Kielce en Szczecin, y en dos semanas llegará su esperado debut en la Liga de Campeones con la visita a la pista del Dinamo de Bucarest.

En la vida de Miguel Sánchez-Migallón todo está ocurriendo muy deprisa, y él intenta disfrutar de esta privilegiada situación en la que se encuentra, con el único hándicap del idioma, aunque está en vías de solucionarlo. «Me he encontrado un vestuario muy joven y ambicioso, y un club con una estructura increíble, con hasta 20 personas trabajando para él y con proyectos grandes basados en un gran potencial económico», relata a La Tribuna desde Polonia el ciudadrealeño. El próximo proyecto del Kielce no es otro que batir el récord de asistentes a un partido de balonmano:lo quiere hacer en un amistoso contra el FCBarcelona en 2023, reuniendo a 60.000 personas en el estadio nacional de Varsovia.

El Kielce, durante su presentación en sociedad el pasado fin de semana. - Foto: Vive KielceEste fin de semana el equipo era presentado en una multitudinaria gala de la ciudad, donde ‘Sánchez’ (así reza en su camiseta con el dorsal 4) ya pudo comprobar la trascendencia de este club.

En lo deportivo, agradece el apoyo de su entrenador, a pesar de tirarle de las orejas por hablar en español en la pista:«Tengo que intentar comunicarme más en polaco», asume un ilusionado Miguel Sánchez-Migallón.