En el IES Atenea han resonado durante unos días las risas y las canciones de los más pequeños de Ciudad Real. Su salón de actos, donde normalmente se realizan presentaciones de libros, actos académicos o lecturas por los estudiantes, ha estado ocupado por juguetes entre bailes y gritos de alegría de niños y bebés. Se trata de un cambio de actividad realizado en el marco de Jueg-Atenea, un proyecto que han desarrollado 22 estudiantes del ciclo de grado superior de Educación Infantil, que se imparte en el centro, y que ha servido a sus estudiantes para que los proyectos que curso a curso realizan sobre el papel se convierta, por primera vez, en una realidad.

«Se trata de un proyecto que hemos hecho todo nosotros, hasta el logotipo», explicó Jorge Perabad, profesor de servicios de la comunidad, la familia en la que se encuadra el ciclo de FP. Los estudiantes por grupos han ido resolviendo cómo educar a través del juego en varios espacios con una zona de propuestas para el juego simbólico, un escenario donde realizar bailes, una zona de biblioteca o un espacio de lógica matemática para enseñar los números. Se trata de zonas creadas tras horas de trabajo, con medios propios y con materiales reciclados por unos alumnos que pese a estudiar en el horario vespertino han estado varios días acudiendo por la mañana a poner en práctica su iniciativa.

Una zona de juegos infantiles entre clases de instituto - Foto: Tomás Fernández de MoyaPerabad comentó que cada estudiante tiene que «crear un proyecto» en el momento en que realizan las prácticas en las escuelas infantiles de Ciudad Real. Además, a través del módulo que él imparte, el de juego infantil, normalmente realizan un proyecto lúdico, teatros o canciones, que acaban llevando a los centros. En esta ocasión se ha optado por hacerlo al revés y que sean los centros infantiles los que acudan al Atenea y que los estudiantes muestren en su propia ludoteca sus técnicas de juego, en una iniciativa que ha sido evaluada por los profesores. «El alumnado ha tenido que comprar los materiales; organizar, montar y desmontar todo; preparar cada uno de los rincones de juego; y además poner en práctica su proyecto para que puedan ver cómo funciona un centro», dijo Jorge Perabad. Para Jueg-Atenea se han realizado materiales para los cien niños y niñas que han pasado por este rincón de juegos dentro del instituto hasta ayer en que cerró sus puertas.

«Llevamos desde antes de Navidad trabajando en este proyecto, primero en pequeños grupos y luego de forma global», explica Sagri Ochovo, una de las estudiantes que ha proyectado esta zona de juegos, quien argumenta que con una propuesta de este tipo se aprende «más que con la teoría». De hecho, los estudiantes han descubierto la importancia cuando estén trabajando en escuelas infantiles de contar «con alternativas» para trabajar con los menores, más allá de lo que se pensaba en el papel. «Hemos estado tres días con una propuesta llena de niños de diferentes edades y hemos visto la realidad que vamos a afrontar», comentó.

Los niños con los que han trabajado estos estudiantes proceden de escuelas infantiles como la Bambini, un centro de la capital que llega al Atenea como una propuesta de viaje de los estudiantes. «Es una oportunidad de ver cómo trabajamos en ambos sitios y enriquecernos de lo que hacemos unos u otros», indicó la directora de la escuela Rocío Poblador, junto a la formadora Mercedes Romero. Se trata de abrir la escuela a la sociedad y de mostrar a los padres los centros donde se forman las personas que se encargarán del cuidado de sus hijos en las escuelas infantiles.