"La polinización del olivo será más intensa"

Raquel Santamarta
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Miembro del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y del grupo de expertos del Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC). Es el investigador principal de 'Alergia Ciudad Real'

"La polinización del olivo será más intensa" - Foto: Tomás Fernández de Moya

El cambio climático está alterando los ciclos de polinización de las plantas. ¿Cómo está afectando esta realidad a los alérgicos?

El cambio climático supone importantes modificaciones en su evolución. El aumento de la temperatura de los meses de invierno adelanta la polinización, y su prolongación en los meses de otoño mantiene el riesgo para los pacientes. De otro lado, los efectos del cambio climático no son equivalentes en todas las épocas ni en todas las zonas. Así, los meses con mayor ascenso de las temperaturas son junio y octubre, y Ciudad Real encabeza la provincia más afectada en España, con 3,6 grados centígrados en los últimos 50 años.

Es decir, como el periodo de polinización se alarga, el tiempo de exposición también aumenta.

El efecto del cambio climático en los alérgicos lo adelantamos en un trabajo multicéntrico hace una década. Nuestro grupo participó en la coordinación del proyecto con la inclusión de 900 pacientes. Se demostró el significativo descenso de la sensibilización a pólenes de gramíneas entre los pacientes de Ciudad Real, asociado a un incremento de la salsola, un polen característico de zonas desérticas, muy cálidas y con escasa pluviosidad. Desde hace 32 años analizamos los diferentes tipos polínicos presentes en la atmósfera. En paralelo con el descenso de sensibilización a gramíneas, se ha producido un descenso del 21% en el total de polen anual de Ciudad Real. Por el contrario, la sensibilización ha salsola ha aumentado en un 30%, lo cual ha provocado una agudización de su expresión clínica. Los síntomas de rinitis que hace dos o tres décadas provocaba la salsola se han agravado con episodios de asma persistente. Además, los síntomas iniciales de agosto a octubre, característicos de la época de vendimia, también se han ampliado notablemente. No sólo se han adelantado a los meses comprendidos entre mayo y julio, sino que la salsola ha reactivado a algunos pacientes en febrero, con el inusual ascenso de temperaturas.

Unos ocho millones de españoles, unos 30.000 en la provincia de Ciudad Real, volverán a sufrir la alergia esta primavera. ¿Cuál es el escenario previsto?

La polinización ha comenzado en febrero con las cupresáceas o arizónicas y para muchos pacientes continuará hasta julio, con síntomas intermitentes, a veces intensos, dependiendo de la exposición a los diferentes pólenes. Ahora está siendo la época del plátano de sombra. En abril, y en años secos como el actual es la época del plantago, una maleza que comparte alérgenos con las gramíneas. La alergia ha cambiado en estas tres décadas. Inicialmente los alérgicos estaban sensibilizados a uno o dos pólenes. Por el contrario, en la actualidad sólo uno de cada diez está sensibilizado a un único polen. Además, la respuesta producida por el polen desencadena una reacción inflamatoria a nivel bronquial que, al quedar más accesible, facilita el contacto del alérgeno con el sistema inmunológico, amplificando la respuesta alérgica. Y no es puntual, hoy me afecta y mañana me recupero. La intensa reacción bronquial persiste, y cada vez con menor cantidad de polen se mantiene o empeora la sintomatología alérgica. Por este motivo, es importante que el paciente realice no sólo el tratamiento sintomático, sino también el de mantenimiento o preventivo.

La recolección de polen de gramíneas muestra una estrecha relación con la precipitación, la humedad y las temperaturas registradas entre octubre y marzo. Aunque mucho dependerá del comportamiento del mes de mayo, ¿cómo influirá la falta de lluvias?

Los pólenes de gramíneas se relacionan de forma estrecha con la pluviosidad y humedad preestacional. La escasez de lluvia de las últimas semanas inicialmente se asocia con una concentración baja de gramíneas en el mes de mayo, aproximadamente un total de 2.000 granos. Un mes de abril lluvioso podría modificar esta tendencia al alza, con niveles medios. Sin embargo, la climatología de mayo es determinante pues un tiempo anticiclónico aumentaría el riesgo para los alérgicos. Por el contrario, un mes lluvioso y con alta humedad interfiere la polinización, y se convierte en el mejor aliado para los alérgicos.

Los matemáticos de la UCLM Raúl Martín y Mariano Amo están detrás del modelo predictivo de polen de gramíneas desarrollado por el Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). ¿Cómo está funcionando?

Los estudios aerobiológicos de la Sociedad Española de Alergia comenzaron en la década de los 70. Los datos históricos de concentración de polen unidos a la información meteorológica de lluvia, humedad y temperatura han permitido elaborar un modelo predictivo con alta fiabilidad en sus resultados, y amplia difusión por el gran número de personas afectadas.

La polinización del olivo, que afecta al 60% de los alérgicos a las gramíneas, adquiere valores más elevados en los años impares. ¿Por qué sucede esto y cómo pueden minimizar sus síntomas los afectados?

El polen de olivo ocupa el segundo lugar entre los pacientes alérgicos a pólenes. Además, a diferencia de las gramíneas, no depende de forma tan directa de la climatología en los meses previos. Es un polen que presenta dos características. Por un lado, en los datos históricos de Ciudad Real se comprueba una alternancia en el riesgo para los pacientes, más elevado en años impares. Un año alto en polen y aceitunas se sigue de otro bajo en ambos valores. De esta manera, nos encontramos en una temporada con polinización de olivo más intensa y, por tanto, más riesgo para los pacientes. Asimismo, no todos los pólenes provocan los mismos síntomas, y el polen de olivo induce más episodios de asma que las gramíneas. Además, es más aerovagante, se desplaza a larga distancia, centenares de kilómetros. Por este motivo, en la primera quincena de mayo, y con vientos del sur, podrían alcanzarse niveles altos de polen de olivo procedente de las provincias de Jaén, Córdoba y Granada.

El polen de ciprés también causa estragos. ¿Qué características tiene la alergia a las cupresáceas o arizónicas y cómo ha sido esta temporada en la provincia?

Es un polen que ha aumentado de forma exponencial en las grandes ciudades, por estar relacionados con su presencia en parques, jardines, colegios o como seto delimitador en viviendas de nuevas urbanizaciones. La polinización de las cupresáceas o arizónicas ha alcanzado niveles reactivos y mantenidos durante los meses de enero a marzo. El peor escenario para los alérgicos. Sin embargo, mientras que Madrid, Barcelona o Salamanca llegan a superar los 1000 granos de polen, en Ciudad Real nos quedamos en 150, por lo que los síntomas son nasales y de forma esporádica asma bronquial. No todos los pólenes provocan la misma expresión clínica. Mientras que gramíneas y olivo presenta intenso picor óculo-nasal, estornudos y mucosidad clara y muy abundante; en la alergia a cupresáceas predomina la obstrucción o bloqueo nasal, por lo que se prestan a confusión con los catarros invernales.

En 2030 podría haber 12 millones de alérgicos al polen en España al incrementarse el número de casos entre niños y personas mayores, junto a los adultos que debutan con sintomatología a edades tardías.

Precisamente, en la alergia a cupresáceas es característico su debut en la cuarta o quinta década de la vida. En los niños el incremento de esta alergia se debe fundamentalmente a factores genéticos. Si no hay antecedentes alérgicos, el riesgo de alergia es del 20%, si es alérgico uno de los miembros de la pareja es del 40%; y, si ambos padres son alérgicos, el riesgo se eleva al 60%. Es el motivo, junto a la contaminación ambiental, que explica el incremento exponencial de las personas alérgicas.

Uno de cada tres pacientes con rinitis alérgica acaba desarrollando asma. Al margen de la importancia de un diagnóstico precoz, ¿por qué la inmunoterapia es la opción más eficaz? ¿Cuántos alérgicos a las gramíneas se han inmunizado este año?

La rinitis alérgica es el principal motivo de consulta en nuestro hospital. Estornudos, picor de ojos y nariz, secreción de moco líquido y obstrucción o bloqueo nasal son los síntomas más frecuentes. Uno de cada tres pacientes diagnosticados de rinitis desarrolla asma bronquial. Es la evolución natural de la alergia respiratoria, el paciente comienza con rinitis y a los dos o tres años aparece el asma, coincidiendo con años altos de pólenes. Por este motivo, es importante no dejar de tratar la rinitis en los asmáticos. Los mediadores inflamatorios de la respuesta alérgica nasal actúan a nivel sistémico empeorando los síntomas asmáticos.

La inmunoterapia es el único tratamiento que modifica la evolución natural de la enfermedad alérgica. Los tratamientos con fármacos son parches para tratar el momento agudo del proceso. En este sentido, se ha demostrado que no sólo disminuye los síntomas de asma, sino que una vez retirado este tratamiento sus efectos perduran en el tiempo. Igualmente, con la inmunoterapia se previene la evolución de la rinitis al asma, impidiendo la aparición de síntomas y reduciendo el uso de otros fármacos. De los 12.700 pacientes atendidos en Alergología, el 35% son por alergia respiratoria. Los pacientes con asma, rinitis persistente o antecedentes de asma son los candidatos a inmunoterapia, representando un total de 2.500.

¿Cómo es la colaboración con Atención Primaria en el manejo de estos pacientes?

El seguimiento de los pacientes por Atención Primaria es excelente, con un perfecto control de las enfermedades alérgicas. En cuanto finalizan los cuatro o cinco años de inmunoterapia, su seguimiento continúa en su centro de salud. La relación entre ambas especialidades es muy estrecha, con jornadas conjuntas y cursos de formación continuada.

¿Es el mal uso de los inhaladores un problema?

El control del asma requiere el correcto uso del tratamiento inhalado. Cuando los fármacos broncodilatadores se utilizan más de dos días a la semana, este dato está indicando que no sólo se ha producido el estrechamiento de los bronquios, sino que se está acompañando de inflamación bronquial. El control de la inflamación es clave en el control del asma. Los corticoides tópicos, de forma continuada, no sólo mejoran los síntomas asmáticos de la respuesta alérgica, sino que protegen para que los alérgenos no sigan actuando. Especialmente importante en el caso de los pólenes, su concentración se puede multiplicar por diez de un día a otro. Si no hay protección, el paciente puede acabar en el Servicio de Urgencias. No obstante, el asma requiere una personalización en los tratamientos, debido a la variabilidad de pacientes y a su respuesta a los fármacos.

La contaminación ambiental alimenta las alergias, un peaje a pagar por el desarrollo. ¿Qué conclusiones han extraído del proyecto multicéntrico que coordina el hospital?

El proyecto multicéntrico de asma, pólenes y contaminación ambiental está en el cuarto y último año de su desarrollo dentro de la Red de Alergia ARADyAL (Asma, y Reacciones Adversas y Alérgicas). Los resultados botánicos están muy avanzados, demostrando que los contaminantes actúan sobre las plantas provocando una situación de estrés oxidativo, y como consecuencia los pólenes resultan más agresivos, más potentes, y por tanto más alergénicos.

Los estudios de laboratorio han demostrado que la respuesta alérgica provocada por las gramíneas de Madrid es un 18% superior que la producida por el polen de Ciudad Real. Es un trabajo llevado a cabo por José Miguel Urra, inmunólogo del HGUCR. Los resultados clínicos sobre el sumatorio de síntomas y medicación de los asmáticos de ambas ciudades van en la misma dirección, con más descompensación clínica en los pacientes de Madrid.

¿Es peor la contaminación urbana que la industrial?

Los efectos de la contaminación urbana son muy superiores a los de la industrial, con una afectación más amplia de los pacientes. Las partículas ultrafinas (menores de 0,1 micra) atraviesan los alveolos y provocan estrés oxidativo (igual que en las plantas) con consecuencias muy graves como pueden ser los ictus o los infartos.

¿Tienen alguna otra investigación en marcha?

Dentro de la red nacional de alergia ARADyAL (Asma, Reacciones ADversas y ALérgicas) del Instituto de Salud Carlos III estamos elaborando un nuevo proyecto. Continuaremos investigando qué componentes o proteínas del polen se expresan bajo el efecto de los contaminantes. Estas proteínas se podrían sintetizar para valorar su implicación clínica en los pacientes alérgicos. Otro objetivo es el análisis de la expresión génica del polen de gramíneas de Madrid sometido la contaminación urbana, en comparación con el de Ciudad Real (baja contaminación), a través del estudio del transcriptoma.